Tonometría ocular: qué es, preparación y riesgos
La tonometría ocular permite diagnosticar patologías oculares graves como el glaucoma. Existen varias formas de realizarlas y hay que conocer ciertos aspectos importantes a la hora de interpretar los resultados.
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La tonometría ocular es una prueba diagnóstica empleada con mucha frecuencia en oftalmología. Permite medir los niveles de presión dentro del ojo, es decir, la llamada presión intraocular (PIO).
La presión intraocular es la que ejercen los líquidos desde dentro del ojo contra las paredes del mismo. Es un parámetro determinante que permite diagnosticar patologías graves como el glaucoma. Esto es muy relevante, ya que si no se trata conduce a la ceguera.
La tonometría ocular es una prueba sencilla e inocua. No obstante, existen diferentes modalidades y formas de realizarla. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber.
¿Qué es una tonometría ocular?
La tonometría ocular, tal y como hemos señalado en la introducción, es una prueba que realizan los oftalmólogos. Consiste en medir la presión intraocular. Se realiza de forma indirecta, utilizando un instrumento que se denomina tonómetro.
La presión intraocular es la que ejercen los líquidos presentes dentro del globo ocular contra sus paredes. Estos líquidos son el humor vítreo y el humor acuoso. El globo ocular es una estructura firme que no se puede distender demasiado.
De ahí que, cuando aumenta la cantidad de líquido en su interior, la presión se incrementa. Se considera normal cuando está entre diez y veinte milímetros de mercurio la medición. Así lo explica un artículo de la American Academy of Ophthalmology.
Si la presión aumenta por encima de esta cifra se habla de hipertensión del ojo. Esto puede hacer que las células del nervio óptico se dañen. La tonometría ocular se considera la prueba más útil para el diagnóstico de glaucoma.
No obstante, hay factores que pueden condicionar el resultado del estudio. Por ello, no se considera un examen definitivo, sino una estimación. Uno de los elementos que afecta al procedimiento es el grosor de la córnea; cuanto más gruesa sea es probable que las cifras de presión obtenidas sean más altas.
Tipos de tonometría ocular
La tonometría ocular puede realizarse de diferentes maneras. La más empleada es la llamada tonometría por aplanamiento de Goldmann. Consiste en medir de forma indirecta la presión, colocando el tonómetro en una lámpara de hendidura.
El problema es que está influida de forma notable por el grosor de la córnea, como hemos señalado. Por eso, suele ser necesario requerir otras técnicas para complementar la información.
Se suele usa una paquimetría. Esta es una prueba que permite medir ese grosor corneal. Así se puede estimar mejor la presión intraocular. Como la tonometría de Goldmann es una técnica de contacto, se emplean anestésicos locales antes de realizarla.
Tonometría de rebote
La tonometría ocular de rebote es otra de las modalidades. Según explican los especialistas de la Clínica ISV, emplea la emisión de una sonda metálica microscópica para medir la presión.
Lo que se hace es determinar la velocidad a la que la emisión de la sonda se detiene al chocar contra la córnea. En este caso, no se emplean anestésicos. Aunque parece agresiva, en realidad es más sencilla para orientar por primera vez el diagnóstico.
Tonometría dinámica de Pascal
Este tipo de tonometría ocular también es de contacto. En los últimos años se está incrementando su uso. Esto se debe a que, al contrario que la tonometría de Goldmann, no está tan interferida por el grosor de la córnea.
De esta forma, no necesita exploraciones complementarias. Sin embargo, es más compleja de realizar y se tarda más tiempo en llevarla a cabo. Por eso se recomienda que la realice un oftalmólogo cualificado.
Tonometría ocular neumática
De todas las técnicas de tonometría ocular que hemos descrito, la neumática es la única que no es de contacto. Consiste en dirigir una pequeña corriente de aire hacia la córnea.
La idea es cuantificar cuánta presión de aire es necesaria para aplanar la superficie de la córnea. Así se mide el valor de la presión intraocular.
¿Cómo se realiza el examen?
Como hemos visto en el apartado anterior, cada tonometría ocular se realiza de forma diferente. La elección de la técnica va a depender de las preferencias y la experiencia del oftalmólogo. También del material que tenga en su consulta.
La tonometría de Goldmann se realiza en una habitación semioscura. El paciente debe apoyarse en la lámpara de hendidura, estando sentado y lo más quieto posible. Para realizarla, el oftalmólogo emplea unas gotas anestésicas en cada ojo.
Además, se instila un colirio de un colorante llamado fluoresceína. De esta manera, la conjuntiva queda teñida de color amarillento o anaranjado. Es una técnica indolora, aunque puede producir molestias posteriores.
En la tonometría de rebote o la neumática el paciente también está sentado. Debe evitar pestañear, aunque no se emplean ni anestésicos ni fluoresceína. Aún así, ambas son indoloras.
¿Por qué se realiza la tonometría ocular?
La tonometría ocular ayuda al diagnóstico y seguimiento del glaucoma. Se trata de una patología que daña el nervio óptico, como resultado del aumento de la presión intraocular.
Es una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 60 años. El glaucoma tiene un componente hereditario. Además, las personas de descendencia africana tienen más riesgo de padecerlo.
Si no se trata de forma rápida conduce al daño permanente de la visión de manera irreversible. Por eso la tonometría ocular tiene tanta importancia. Hay que ser conscientes de que las cifras de presión sanguínea no se relacionan con las del interior del ojo.
Cómo prepararse para el examen
Para poder realizar una tonometría ocular no se requiere ninguna preparación específica. Es una prueba corta que suele durar 5 o 10 minutos. Lo ideal es que el paciente acuda con alguien, aunque no es estrictamente necesario.
Esto se debe a que algunas personas tienen problemas para ver de forma adecuada después de emplear los colirios. Antes de ir al examen, el oftalmólogo debe conocer la historia clínica del paciente. Sobre todo si padece algún tipo de enfermedad o si toma una medicación.
Las alergias son igual de importantes. Las personas que lleven lentillas deberán retirárselas antes de la prueba. Es importante que el paciente esté tranquilo y que no se mueva para que no se alteren los resultados.
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¿Qué pueden indicar los resultados?
La presión ocular se considera normal cuando se encuentra entre 10 y 20 milímetros de mercurio. Por eso, cuando al realizar una tonometría ocular salen resultados diferentes hay que sospechar una patología.
No obstante, debemos recalcar que hay factores que influyen en los valores. Si no se tiene en cuenta que el grosor de la córnea puede variar el número obtenido y se pueden cometer errores a la hora de interpretar la medición.
Junto a la tonometría de Goldmann se recomienda realizar una paquimetría. Si no se hace y el resultado es elevado podría ser a consecuencia de una córnea más gruesa.
De cualquier forma, si la presión intraocular está elevada puede ser debido a un glaucoma. También puede incrementarse si hay sangre en la cámara anterior del ojo o una lesión allí.
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La tonometría ocular es una prueba inocua
Lo cierto es que todas las pruebas que tienen relación con los ojos pueden parecer desagradables en una primera instancia. Sin embargo, la tonometría ocular es corta, sencilla e inocua. No suele crear molestias en el paciente.
Además, permite diagnosticar y realizar un seguimiento de patologías graves como el glaucoma. No obstante, se recomienda que siempre la realice un oftalmólogo con experiencia.