¿Cómo se realiza la reparación de un aneurisma cerebral?
La reparación de un aneurisma cerebral, también denominado intracraneal, es un procedimiento complejo que entraña riesgo de rotura del vaso, aunque su objetivo sea justamente el contrario. Esta cirugía pretende prevenir la hemorragia por ruptura.
El problema es que la ruptura es una situación urgente que pone en riesgo la vida del paciente. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la reparación de un aneurisma cerebral y cuáles son las diferentes opciones para concretarla.
¿En qué consiste un aneurisma cerebral?
Un aneurisma cerebral es aquel que se forma en las arterias que irrigan al cerebro. Los aneurismas son dilataciones que aparecen en las paredes arteriales. Se asemejan a un globo.
La zona en la que se encuentran es una parte débil de la pared. Por eso, conforme pasa la sangre por dicha área, empuja la pared hacia afuera. La presión de la sangre puede llevar a la ruptura.
Lo más frecuente es que aparezcan en adultos de entre 35 y 60 años. Sin embargo, pueden desarrollarse a cualquier edad. Cuando se rompe un aneurisma cerebral, el riesgo de muerte es muy alto. Además, los que sobreviven pueden tener discapacidades posteriores. Por eso se intenta establecer un tratamiento de reparación antes.
Los aneurismas cerebrales pueden tener múltiples causas. Surgen a raíz de un traumatismo, un tumor, una infección, el consumo de drogas o son congénitos. Según explica un artículo de la University of Illinois, se diferencian dos grandes tipos:
- Sacular: es el tipo más frecuente, con forma de saco. Suele aparecer en una intersección arterial, como ocurre en el polígono de Willis.
- Fusiforme: es menos frecuente. Consiste en que la zona de ensanchamiento de la arteria es más extensa.
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¿Cuáles son los síntomas del aneurisma cerebral?
La reparación de un aneurisma cerebral no se hace siempre que haya síntomas. De hecho, tal y como señalan los especialistas de la Clínica Mayo, la mayoría son asintomáticos y se detectan de manera accidental mediante pruebas de imagen para otras patologías.
Aún así, la ruptura da lugar a un accidente cerebrovascular de tipo hemorrágico. El síntoma más característico es el dolor de cabeza brusco y de intensidad muy elevada. La sangre acumulada provoca que las meninges se irriten.
Por eso es usual que aparezca rigidez en el cuello, como ocurre en la meningitis. Los pacientes suelen experimentar náuseas y vómitos, visión borrosa y sensibilidad a la luz. A medida que se extiende el sangrado es probable que sufran convulsiones y pérdida del conocimiento.
En algunos casos, los aneurismas cerebrales pueden ocasionar síntomas sin romperse. Esto suele ocurrir cuando alcanzan un tamaño muy grande y presionan los tejidos circundantes. Lo típico son las alteraciones de la visión.
Por ejemplo, puede haber visión doble. La presión sobre el nervio óptico también da lugar a dolor retroocular. Del mismo modo, una de las pupilas puede estar dilatada e incluso se puede entumecer un lado del rostro.
¿Cómo se trata un aneurisma cerebral?
El tratamiento de reparación del aneurisma cerebral puede realizarse de manera preventiva o cuando ya se ha roto. Es importante volver a destacar que la ruptura es una urgencia.
La cirugía debe realizarse lo antes posible, ya que existe mucho riesgo de que el tejido cerebral se dañe de forma permanente y el paciente muera. El principal objetivo es detener la hemorragia.
Clipaje para la reparación de un aneurisma cerebral
Uno de los métodos más realizados en el tratamiento del aneurisma cerebral es el clipaje. Es una técnica que consiste en colocar un clip en la parte que sobresale de la arteria.
La idea es evitar que siga entrando sangre en la zona donde se localiza el aneurisma. De esta manera, el líquido no presiona la pared debilitada y hay un menor riesgo de ruptura.
La cirugía abierta también puede servir para ocluir la arteria o realizar un bypass de la misma. El bypass es una técnica que permite comunicar dos arterias o zonas, saltando la región en la que se encuentra el aneurisma.
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Reparación endovascular
El otro procedimiento que se puede emplear para la reparación de un aneurisma cerebral es el endovascular. Lo realizan los neurocirujanos o los radiólogos intervencionistas. Para poder hacerlo se emplea anestesia, pero es un proceso mucho menos invasivo que el clipaje.
En la reparación endovascular no es necesario abrir el cráneo. Consiste en introducir un catéter a través de la arteria femoral y guiarlo hasta el cerebro. El seguimiento del catéter se hace gracias a una pantalla.
Una vez se alcanza la arteria en la que se encuentra el aneurisma cerebral, se enhebran unas espirales alrededor del mismo. Dichas espirales consiguen estimular la formación de un coágulo que sella el aneurisma.
El problema de esta técnica es que existe un mayor riesgo de recurrencia que en la cirugía abierta. Además, no todos los aneurismas se pueden tratar de manera endovascular.
Posibles riesgos de los procedimientos
Tanto el clipaje del aneurisma cerebral como el procedimiento endovascular presentan riesgos. No obstante, es cierto que los del clipaje son mayores, puesto que se trata de una cirugía abierta.
En ambos casos es probable que se formen coágulos sanguíneos que afecten a otras arterias cerebrales. También puede romperse algún vaso y causar una hemorragia cerebral.
Los pacientes pueden sufrir daños cerebrales que se manifiesten en forma de debilidad, parálisis o anomalías visuales. Del mismo modo, podría haber trastornos del habla o de la memoria.
Cualquier tipo de cirugía cerebral entraña riesgos, ya que el cerebro es un órgano muy delicado. Por eso es importante saber que, aunque es menos frecuente, el paciente puede fallecer.
Recuperación y cuidados tras la reparación de un aneurisma cerebral
Tras haber reparado un aneurisma cerebral es fundamental tener en cuenta que es probable que aparezcan otros. Sobre todo si es una persona que ya tiene varios o que sufre hipertensión arterial. Esta condición también favorece el riesgo de ruptura.
Por ello, todas las personas que han sido diagnosticadas y tratadas de un aneurisma deben seguir ciertas medidas básicas. Lo primero es llevar una dieta saludable, que no contenga sal. Del mismo modo, no se debe beber alcohol.
Por otra parte, es importante mantener un peso saludable y hacer ejercicio con regularidad. No se recomienda consumir excitantes, como el café o el té. Tampoco se debe fumar.
El seguimiento regular se impone para detectar complicaciones a futuro. La solución quirúrgica es solo un paso más en el proceso de prevención de un accidente cerebrovascular hemorrágico.