Atonía del útero: por qué ocurre y cómo tratarla
La atonía del útero es la causa más habitual, y también la más grave, de la hemorragia posparto. Esta es una de las complicaciones obstétricas más delicadas que existen. Cuando tal hemorragia es severa, pone en riesgo la vida de la madre.
Se estima que la enfermedad se desarrolla hasta en el 5 % de los partos naturales. Tiene que ver con un defecto en las fibras musculares que están presentes en la pared del útero. Esto lleva a que los vasos del órgano no dejen de sangrar después del parto.
La hemorragia provocada por la atonía del útero tiene diferentes niveles de gravedad. En todos los casos se le considera una urgencia médica que debe atenderse de inmediato.
¿Qué es la atonía del útero?
La atonía del útero es la incapacidad de este órgano para contraerse después del alumbramiento, que es la tercera fase del parto, en la cual tiene lugar el desprendimiento de la placenta. En condiciones normales, el útero debería contraerse para cerrar los vasos sanguíneos.
Si falta tono en el útero, los vasos sanguíneos permanecen abiertos y se produce una hemorragia. Se estima que hasta el 70 % de los casos de hemorragia posparto obedecen a esta causa.
Puede conducir a una hipovolemia o disminución del volumen sanguíneo, inestabilidad hemodinámica y a shock. El resultado temido es la muerte de la madre.
Hay dos tipos de atonía del útero:
- Precoz: es la más frecuente y se produce en la misma sala de parto.
- Tardía: es menos común y se produce en los momentos posteriores a la salida de la sala de parto.
¿Por qué ocurre?
La atonía del útero precoz suele deberse a que la madre no produce suficiente oxitocina de manera natural. La oxitocina es una hormona que favorece la contracción del útero en el parto y el posparto.
Otras posibles causas de la atonía del útero, tanto precoz como tardía, son las siguientes:
- Sobredistensión del útero: ocurre cuando el útero se ha vuelto elástico en exceso y después no logra recuperar su forma. Se debe a embarazos múltiples o porque el bebé es muy grande.
- Acretismo placentario: tiene lugar cuando hay una adherencia anormal de la placenta a la pared del útero. Está muy pegada y hay dificultades para extraerla.
- Alumbramiento de placenta tardío: cuando la placenta tarda más de 20 minutos en salir.
- Fatiga del músculo: el útero no se contrae por fatiga si el parto ha durado mucho.
- Fármacos tocolíticos: producen una inhibición de las contracciones y, a veces, llevan a la atonía del útero.
- Lesiones o traumatismos en el útero.
- Alteraciones anatómicas en el órgano: presencia de miomas.
- Expulsión incompleta de la placenta.
- Coágulos.
Factores de riesgo
Una mujer que haya presentado atonía del útero después de un parto tiene mayor probabilidad de desarrollarla en los partos posteriores. Así mismo, hay otros factores que aumentan el riesgo:
- Bebé grande.
- Placenta previa.
- Gestación múltiple.
- Edad avanzada de la madre.
- Muerte fetal dentro del útero.
- Parto prolongado o precipitado.
- Haber tenido varios embarazos.
- Desprendimiento prematuro de la placenta.
- Haber presentado hemorragias posparto con anterioridad.
- Aumento anormal del líquido amniótico o polihidramnios.
Síntomas y diagnóstico de la atonía de útero
La principal manifestación de la atonía del útero es una hemorragia de intensidad variable. En algunas ocasiones, aparece de manera súbita y es copiosa, mientras que otras veces se produce de manera paulatina y es menos severa.
Además de la salida de sangre por la vagina, también hay sangre y coágulos retenidos dentro del útero. El diagnóstico se hace mediante un examen en el que el médico palpa el abdomen. El útero se siente blando, con aumento de tamaño y hay expulsión profusa de sangre al hacer un masaje suave.
Así mismo, el profesional hace una exploración de la vagina, el canal del parto y el cuello del útero para determinar si hay algún desgarro. Lo usual es que se complemente con exámenes de sangre para determinar los efectos de la hemorragia y establecer si hay algún problema de coagulación.
Tratamiento
El tratamiento inicial de la atonía del útero se lleva a cabo a través de dos medidas: el masaje uterino o maniobra de Credé y la administración de oxitocina. Cuando la madre empieza a sangrar, se aplica el masaje en el que se frota el abdomen para favorecer la contracción del útero.
A veces, se aplica una maniobra bimanual. En esta, se masajea con una mano por dentro del útero y con la otra por fuera.
Si esto no funciona, se administra oxitocina para detener el sangrado. Cuando esta medida tampoco es eficaz, es necesario realizar un abordaje quirúrgico con alguno de los siguientes procedimientos:
- Legrado instrumental: se introduce un instrumento parecido a una cucharilla, desde la vagina hasta el útero. Así se arrastran y se extraen los restos de coágulos y el endometrio.
- Ligadura de vasos pélvicos: se suturan los vasos sanguíneos que llevan la sangre hacia el útero. Al disminuir el flujo de sangre hacia ese órgano, se reduce también la hemorragia.
- Embolización de los vasos uterinos: se introduce un catéter a través de la arteria femoral hasta llegar a las arterias del útero. Después se meten pequeñas partículas de plástico o gelatina para interrumpir el flujo de sangre.
- Plicatura o capitonaje: son suturas compresivas que se hacen en el útero. Se le considera la última opción antes de una histerectomía.
- Histerectomía: es la extirpación definitiva del útero. Solo se la considera si la vida de la madre corre peligro.
¿Se puede prevenir la atonía uterina?
No es posible prevenir la atonía del útero antes del parto. Sin embargo, cada vez se toman más medidas para evitar que suceda.
En la actualidad, es común que se aplique un medicamento uterotónico a la madre durante el primer minuto de vida del bebé. Esto le ayuda al órgano a contraerse.
La atonía del útero puede provocar una hemorragia mayor que conlleve una significativa pérdida de sangre. Si no se atiende con rapidez, e incluso haciéndolo, podría llevar a un fallo multiorgánico.