La obesidad es una de las condiciones corporales más influyentes en el estado de salud. A continuación conocerás cómo la obesidad influye en la gripe y en su gravedad.
La obesidad se considera uno de los problemas nutricionales más frecuentes en el mundo occidental, siendo una prioridad para la salud. Se ha visto que la obesidad influye en la gravedad de una gripe como factor de riesgo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen más de 1 000 millones de personas que padecen sobrepeso y, de ellas, 300 millones son obesas. A continuación se analizará la relación que existe entre la gripe y la obesidad.
De forma principal, la obesidad se define como un exceso en la cantidad de grasa o tejido adiposo corporal. Numerosos estudios han comprobado el aumento de probabilidad de padecer infinidad de enfermedades al incrementar considerablemente de peso. Un ejemplo son los riesgos de padecer patologías como las siguientes:
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Como ya hemos visto, la obesidad puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades o, incluso, provocar su aparición. Recientemente, un estudio realizado en ratones ha dado pistas sobre la influencia que tiene la obesidad con la gravedad al padecer gripe común, ocasionada por el virus influenza.
La Sociedad Americana de Microbiología publicó el artículo en el que explica la causa principal de la influencia obesidad-gripe: las personas obesas no tienen buenas respuestas inmunitarias o de defensa ante los virus. Esto se resume en la facilidad que el virus tiene para entrar al organismo y replicarse de forma rápida.
Para comprobarlo, los investigadores compararon una muestra de ratones infectados con peso normal y en forma y otra de ratones obesos con virus influenza. Se vio que existe mayor virulencia, o capacidad de producir enfermedad, entre ratones obesos.
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En líneas generales, todas las personas creamos una respuesta inmune o de defensa ante cualquier infección. De hecho, muchos de nosotros podemos entrar en contacto con el agente causante de muchas enfermedades y no resultar infectados porque nuestro sistema de defensa lo elimina con facilidad.
En el caso de las personas con sobrepeso u obesidad, el sistema inmunitario no trabaja de la misma manera; esto es, necesita un sobresfuerzo para hacer frente a las patologías. El virus se introduce de forma más rápida en el cuerpo y, al cometerse errores de protección ante infecciones, es más fácil que genere una enfermedad.
Además, se está estudiando que, al presentar más grasa en el organismo, los ácidos grasos que recubren nuestras células permiten que los virus entren con mayor facilidad.
Por lo tanto, en el caso de la gripe, al infectarnos y no hacer frente de manera adecuada a esta infección, empeorará la situación. Es decir, la gravedad de la gripe en este tipo de personas será más compleja y evidente.
Sufrir cualquier enfermedad respiratoria, sumado a una alteración de nuestro sistema natural de protección o sistema inmunitario, hace que se aumente el riesgo de complicaciones.
En el caso de la gripe, se ha comprobado que presentar un exceso de grasa corporal se considera un factor de riesgo muy influyente en la transmisión y evolución del virus influenza, más conocido como gripe común.
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