La sinovitis o inflamación por líquidos en la rodilla es una afección que provoca grandes molestias. Por lo general, se trata de una hinchazón muy visible con dolor e hipersensibilidad en la zona. A veces llega a ser incapacitante.
Existen varias opciones de tratamiento. Van desde medidas conservadoras que incluso se pueden tomar en casa, hasta una intervención quirúrgica para reparar la articulación.
La sinovitis de rodilla es originada por muy diversas causas. Lo usual es que se deba a un traumatismo, pero también puede obedecer a una infección o a otra patología de base.
En estricto sentido, la sinovitis de rodilla es una inflamación de la membrana sinovial. Este es un tejido que envuelve la articulación.
A su vez, allí está presente el líquido sinovial, una sustancia que se encarga de lubricar la zona para evitar que haya fricción y así facilitar el movimiento.
Cuando aumenta la cantidad de líquido sinovial se produce la sinovitis. Esta afección puede ser de dos tipos:
Un tercer tipo sería la sinovitis vellonodular, pero es muy rara. Es un crecimiento tumoral benigno que puede presentarse en cualquier articulación. Alrededor del 80 % son en la rodilla.
Hay varios motivos por los que se produce la sinovitis. La razón más habitual es un golpe o un traumatismo en la zona de la rodilla, o bien la realización continua de actividades que causan un impacto, como correr sin realizar la recuperación adecuada.
También es posible que esta patología se produzca por una infección, cuando hay una herida y por ella penetra alguna bacteria hasta la membrana sinovial.
Otras posibles causas son las siguientes:
En cuanto a los síntomas, los más característicos son el dolor y la hinchazón. Hay dificultad para extender por completo la pierna y para caminar. También se presenta debilidad en los músculos del miembro inferior.
Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de sinovitis, existen varias alternativas para tratar el problema. La primera opción es un abordaje conservador. Este incluye el uso de algunos medicamentos antiinflamatorios no esteroideos o corticoides orales o inyectados.
Lo usual es que se aplique el protocolo RICE (rest, ice, compression and elevation), o sea, descanso, hielo, elevación y compresión. Lo primero, entonces, es el reposo. En algunas ocasiones conviene poner una venda de compresión para darle más sostén a la rodilla.
Así mismo, se debe aplica hielo sobre la zona afectada durante 10 minutos. También tratar de elevar la pierna mientras la persona está tendida en la cama.
Si el tratamiento conservador no provoca una mejoría en la sinovitis, lo usual es que se acuda a otros procedimientos para lograr el cometido. Los más usuales son los siguientes:
Lo más frecuente es que cualquiera de los tratamientos ya expuestos se acompañen de fisioterapia. El objetivo de esta es contribuir en la disminución del dolor, aumentar el rango de movimiento y fortalecer los músculos de la zona.
La disminución o eliminación del dolor se consigue a través de uno o varios de los siguientes medios:
Cuando ceden la inflamación y el dolor, se inicia un programa de ejercicios para el fortalecimiento muscular. Este incluye ejercicios isométricos, concéntricos y excéntricos.
La cirugía solo está indicada para los casos de sinovitis crónica, o sea, aquella que dura más de 6 meses sin remitir. En particular, se adelanta cuando la causa es la artritis reumatoide y no hay reacción favorable a ningún otro tratamiento.
La intervención quirúrgica puede ser una cirugía abierta o una artroscopia (que es mínimamente invasiva). En esta se retira parte del tejido sinovial. Si los meniscos han sido afectados, también es posible que se retiren los mismos.
La persona comienza a caminar 72 horas después del procedimiento. La recuperación total suele tardar entre 6 y 8 semanas en el caso de la cirugía abierta. Si se hace artroscopia, el tiempo de recuperación es de entre 7 y 10 días.
En principio, la sinovitis de rodilla se puede prevenir en parte con el mantenimiento de una dieta saludable, orientada a disminuir el ácido úrico. Así mismo, con la realización de actividad física de forma regular.
Las personas que realizan mucha actividad física o que practican deportes deben tomar las precauciones del caso para proteger las rodillas, tanto de posibles golpes y traumatismos, como de un impacto repetitivo que resulte nocivo.
Cuando la sinovitis obedece a alguna patología de base (gota, artritis, lupus), es posible que no se pueda prevenir su aparición. Lo único que puede hacerse es mantener bajo control esas patologías.
El dolor con inflamación en la rodilla no es algo que deba ignorarse. Por el contrario, son síntomas que deben consultarse con el médico.
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