10 mitos sobre la gripe infantil
¿Sabías que un niño es propenso a resfriarse de 5 a 8 veces al año? Si a esto le sumas que convive con hermanos o se relaciona con otros niños en la escuela o en otros espacios que con frecuencia lo pueden contagiar, tiene mayores probabilidades de sufrir gripe infantil.
Siempre será necesario proteger a tu niño de los gérmenes para evitar que termine congestionado, estornudando y con malestar. El salón o el patio de guarderías y colegios, los comedores o incluso el trasporte escolar, se convierten en caldo de cultivo de contagios.
Pero para tomar las precauciones que son necesarias para que los niños de la familia estén saludables, es necesario aclarar los mitos científicos que rondan la gripe infantil. Sobre todo cuáles son ciertos y cuáles no lo son.
La gripe infantil puede ser diferente
No todos los niños presentan los mismos síntomas que los adultos. En el caso de los niños mayores y adolescentes, puede ser muy parecida a la gripe de los adultos. Presenta fiebre, tos congestión nasal, dolor de garganta, y en algunos casos, vómitos o diarrea.
En el caso de los niños más pequeños, la gripe puede ser menos evidente. Aparecen síntomas como fiebre sin causa aparente, somnolencia o, en la mayoría de los niños, pérdida de apetito.
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1. La gripe propicia otras infecciones
¡Cierto! El virus de la gripe altera en gran medida la barrera de defensas en el niño y puede facilitar el contagio de otras infecciones por otros virus y bacterias. También puede suceder al contrario. Los niños que tienen alguna enfermedad a causa de otro virus son más susceptibles de contagiarse de gripe, ya que su barrera inmunitaria está más débil.
2. Todos los niños deben vacunarse contra la gripe
¡Falso! No se recomienda la vacunación universal en niños. Únicamente en casos de que padezcan de enfermedades crónicas como asma, diabetes o enfermedades cardíacas se puede indicar para evitar complicaciones originadas en la gripe infantil.
También deberían vacunarse los niños que convivan con personas de tercera edad que padezcan estas enfermedades crónicas, pues esta población es más susceptible a los contagios de gripe. Sin embargo, hay que informarse bien sobre estas vacunas porque generalmente son para un tipo específico de virus, con lo que la inmunización no es total.
3. Si vacunamos al niño no le dará gripe
¡Falso! Es un error creer que porque el niño esté vacunado la gripe ya no se contagiará. Generalmente, las vacunas protegen de los subtipos H1N1, H3N2 y el Influenzavirus B.
Las vacunas solo cubren entre 70 y 80% de los virus de gripe existentes en cada temporada. Así que estar vacunado no significa que el niño no pueda contagiarse de otro tipo de gripe.
4. Los niños son más inmunes a la gripe si ya la han padecido
¡Cierto! La gripe es una enfermedad que crea inmunidad. “Vivir” una gripe nos ayuda a prevenir futuros contagios. Cuando un niño se infecta de algún tipo de virus gripal después de pasar el episodio de las fiebres y el malestar que le produce, se vuelve inmune para ese virus en específico. Se reforzará también su barrera inmunitaria para otros virus gripales.
El cuerpo humano va creando una memoria inmunitaria que se va desarrollando con cada virus que nos toque padecer. Con los niños sucede lo mismo, su cuerpo estará preparado para combatir los virus que lo hayan infectado. Este mecanismo resulta especialmente eficaz con la primera infección gripal que hayamos padecido en la vida.
5. Hay que evitar los lácteos si se tiene gripe
¡Falso! Los productos lácteos no provocan más flemas. Solo se deben evitar si el niño padece algún problema directamente relacionado con los lácteos, como la intolerancia a la lactosa o alergias alimentarias.
No hay una relación directa entre la flema y los lácteos, así que puedes quedarte tranquila cuando pida su biberón o tetero. Si el niño tiene mucha flema, debes consultar a su pediatra para que te ayude a aliviar este molesto síntoma.
6. Las temperaturas altas debilitan los virus
¡Falso! Cuando viene el cambio de estación y las temperaturas comienzan a subir, se tiene la falsa creencia de que la gripe infantil comienza a disminuir. Debido a la gran variabilidad y capacidad de adaptación de los virus de la gripe, no se descarta que se pueda adaptar a las nuevas condiciones climáticas.
Con la gripe infantil, lo mejor que se puede hacer es no bajar la guardia ante los virus que pueden afectar a nuestros hijos. Ni siquiera en los países o regiones con climas especialmente cálidos.
7. Los antibióticos combaten la gripe
Como la gripe es provocada por un virus, los antibióticos no son efectivos. Su tratamiento es muy sencillo: emplea solo medicamentos para bajar la fiebre y aliviar el malestar general. También puedes probar remedios caseros de gran efectividad para aliviar el malestar y acelerar el proceso de recuperación.
En el tratamiento para la gripe infantil, la hidratación es lo más importante. Debemos vigilar que el niño consuma líquido frecuentemente. Los zumos nos ayudarán mucho para mantenerlo hidratado. Por supuesto, también necesitan guardar reposo.
8. Lavarse las manos previene el riesgo de contagio
¡Cierto! Tanto entre adultos como en niños, es la medida más importante para prevenir infecciones respiratorias. Si ponemos en práctica esta sencilla medida higiénica, reducimos el riesgo de contagio en un gran porcentaje.
Existen más de 200 virus causantes de gripes y resfriados y las manos son su principal transmisor. Es una rutina sencilla que deben aprender bien los niños y aplicarla durante todas las épocas del año.
Hay que enseñarles a lavar siempre las manos con agua y jabón. Si es jabón líquido es mejor porque facilita que se extienda por toda la mano. Una mano debe girar sobre otra y al revés hasta hacer bastante espuma.
Después hay que frotar una mano contra la otra, las puntas de los dedos, entre los dedos, los dedos gordos y las muñecas de las dos manos. Por último, hay que utilizar suficiente agua para retirar bien el jabón y secar bien, sin olvidarnos de secar entre los dedos.
9. Las gripes “mal curadas” afectan posteriormente
¡Falso! Las supuestas consecuencias de una gripe mal curada es una sentencia que no tiene fundamento científico. Las gripes son infecciones por virus que hay que dejar pasar. No hay antibiótico que cure las gripes, solo existen fármacos o remedios naturales que ayudan a aliviar los síntomas.
Las gripes no quedan mal curadas, o pasan los síntomas o se complican por un mal cuidado, pero no quedan “restos de gripe” en el organismo que puedan generar algún tipo de consecuencia posterior.
La gripe infantil pueden conducir a otras enfermedades si no se toman las previsiones necesarias. La enfermedad más frecuente causada por una gripe es la otitis. Puede haber otras más complicadas como la neumonía, aunque es muy raro, pero dependerá del virus que infectó al niño y de cómo se encontraba su salud antes del contagio.
10.- Hay que abrigarse para que “suden” la gripe
¡Falso! Esta es otra creencia peligrosa. Si el niño tiene fiebre y lo abrigas en exceso o lo arropas de más, lo único que lograrás será subir más la temperatura corporal. Es importante no abrigarlo demasiado y tomar las precauciones necesarias para mantener a raya la fiebre.
Recomendaciones finales
No existe una cura para la gripe infantil. Básicamente, hay que aliviar el malestar del niño, asegurarse de que guarden reposo y que tomen muchos líquidos. El uso de antibióticos, antimucolíticos o antitusígenos están contraindicados a menos que tengas una instrucción expresa del pediatra.
Una buena alimentación siempre será la clave para mantener al niño sano. Hay alimentos que fortalecen su sistema inmunitario, que se ocupará de defender al organismo del ataque de los virus de la gripe.
Hay que enseñar a los niños a cubrirse la boca o la nariz al toser o a estornudar, para evitar la propagación de los virus. Si su hijo no muestra indicios diarios de mejoría o no se ha mejorado después de una semana, no lo dudes, es momento de hablar con el pediatra.