Alergia a los frutos secos y a los cacahuetes
La alergia a los frutos secos es una patología extraña que está presente solo en el 1 % de la población. A pesar de ello, es necesario conocer cómo abordarla para evitar percances graves.
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La alergia a los frutos secos es una patología que se define como una reacción de hipersensibilidad por parte del sistema inmune del paciente ante la ingestión de ciertos alimentos, en este caso, frutos de origen vegetal. Consideramos aquí a las almendras, las avellanas, las castañas y las nueces, entre otros.
Diversas fuentes especializadas en el estudio de riesgos laborales, como Prevensystem, calculan que la prevalencia de este tipo de alergia es del 1 % de la población en Estados Unidos. Es decir, 1 de cada 100 personas la sufre. Se estima, además, que el 50 % de los niños en edad escolar son sensibles a uno o más alérgenos.
Mientras que en Estados Unidos o Francia el cacahuete suele ser el mayor desencadenante de esta patología, otros alimentos como la avellana son los frutos secos alérgenos más comunes en Europa. Si quieres saber cómo afrontar este proceso de forma eficaz, continúa leyendo.
¿Qué ocurre durante la reacción alérgica?
Según la World Allergy Organization y, en contra de lo que muchos puedan pensar, la alergia no se trata de una reacción inmune desmedida. El sistema de defensa está actuando de forma normal, pues el problema no radica ni en el tipo de respuesta ni en su intensidad, sino en el objetivo.
Cuando entra un alérgeno —sustancia inocua que se confunde con una amenaza— en el cuerpo del individuo, comienza la liberación de inmunoglobulinas E (IgE). Este es un tipo de anticuerpo que promueve la liberación de sustancias inflamatorias, lo que produce el cuadro clínico.
Por otro lado, es esencial recalcar que existe una diferencia clave entre alergia e intolerancia. La revista Ámbito Farmacéutico nos avisa que la primera es de origen inmune, mientras que una intolerancia encuentra su causa en desórdenes metabólicos, como la falta de producción de enzimas que digieran el producto, por ejemplo.
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Síntomas de la reacción alérgica
Los síntomas de la alergia dependen del lugar por donde ingrese el alérgeno y el nivel de reactividad que presente el sistema inmune del paciente. Aún así, portales como la Clínica Mayo recogen algunos de los signos comunes de la alergia a los frutos secos. Estos son los siguientes:
- Hormigueo o picazón en la boca.
- Goteo nasal.
- Erupción cutánea en todo el cuerpo.
- Hinchazón en los labios, cara, garganta u otras partes del organismo.
- Silbidos al respirar y dolor abdominal.
- Rápido descenso de la presión arterial, mareos e incluso pérdida del conocimiento.
Según la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA), los síntomas aparecen desde los pocos segundos tras la ingestión del fruto seco hasta dos horas después.
Entre otras respuestas alérgicas, se pueden diferenciar dos cuadros clínicos generales diferentes:
- Síndrome de alergia oral: es de carácter leve, pues desencadena una reacción alérgica que desemboca en picazón y cosquilleo en la boca. Es muy frecuente que se presente en personas alérgicas al polen, pues ciertas proteínas de los frutos secos son similares a las de estos granos.
- Anafilaxia: esta se considera una complicación grave, pues pone en peligro la vida de la persona. Se caracteriza por el estrechamiento de las vías respiratorias, la inflamación en la garganta y el descenso pronunciado de la presión arterial.
¿Cuándo visitar al médico?
Es necesario hacer una visita al alergólogo en cuanto el paciente sospecha de una alergia, ya sea a los frutos secos, al polen o a cualquier otro compuesto. Además, siempre es mejor consultar cuando la reacción está en curso, si es posible, ya que así se brinda mucha información al profesional.
Por otra parte, ante un bloqueo de las vías respiratorias, pulso acelerado o dificultad para respirar tras la ingestión de un alimento, es necesario un tratamiento inmediato de urgencia. Durante un choque anafiláctico cada segundo cuenta.
Tratamiento y control
El mejor control para episodios de alergia a los frutos secos es, sin ninguna duda, monitorizar la dieta del afectado. Puede parecer obvio, pero evitar el consumo de frutos secos o sus derivados siempre será la mejor solución.
Una placa identificativa que pueda ser llevada a modo de brazalete es una buena idea en los pacientes con reacciones alérgicas más graves. Esto evita que se les ofrezcan alimentos con el alérgeno en cuestión y reduce la posibilidad de entrar en contacto con la sustancia.
Por otro lado, se puede llegar a contemplar que el paciente lleve consigo una inyección de adrenalina (epinefrina). Según la AEPNAA, esta hormona aumenta la presión arterial y dilata los bronquios, por lo que puede combatir los casos de reacciones alérgicas más graves.
Diagnóstico y prevención de la alergia a los frutos secos
No existe un diagnóstico certero en absoluto para la alergia a los frutos secos u otros alimentos. El médico alergólogo debe recoger varias características del paciente, como son sus síntomas y antecedentes familiares. Si lo considera necesario, indicará la realización de un test en la piel.
La prueba cutánea aparece en el horizonte cuando la sospecha es elevada. Con una pequeña inyección bajo la piel de un líquido con el alérgeno sospechado se puede confirmar la hiperreactividad del paciente frente a él.
Plan de emergencias si hay alergia a los frutos secos
Como ya hemos mencionado, lo que se pretende, en cualquier caso, es evitar el choque anafiláctico. Las reacciones alérgicas leves se pueden combatir con antihistamínicos de venta libre o recetados, pero en casos graves, la inyección de adrenalina es la única salida.
Cada segundo cuenta y, por ello, el hecho de que el paciente presente una chapa identificativa con su información personal y su condición de alérgico puede suponer una gran diferencia. En medio de la confusión por la desesperación, hay pocos capaces de actuar con lucidez entre quienes rodean a la persona.
Si el alérgico no tiene una inyección de adrenalina a mano, deberá transportarse al paciente a un servicio de urgencias. Allí se establecerá el protocolo correspondiente.
Para saber más: Alergia a los alimentos, síntomas y causas
La alergia a los frutos secos suele ser leve
Como hemos visto en estas líneas, la alergia a los frutos secos es una patología que no debe subestimarse en ningún caso, aunque tiende a ser leve. No todos los cuadros clínicos terminan en una situación de anafilaxia, pero esta probabilidad debe contemplarse.
Las consultas previas de alergología para determinar sensibilidades son recomendadas. Mientras más información posea la persona sobre su capacidad de respuesta inmune, más fácil será limitar los efectos negativos.