¿Cómo disminuir los niveles de azúcar en sangre durante una emergencia?
Los altos niveles de azúcar en sangre tienen lugar cuando el cuerpo no es capaz de llevar la glucosa desde la sangre a las células para su almacenamiento y metabolización. En la mayoría de los casos, esto se debe a una escasez de la hormona insulina.
Por lo general, los valores normales de la glucemia en ayunas van de 70 a 99 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl), mientras que, posterior a la ingesta, se esperan valores inferiores a 140 mg/dl. Cuando el azúcar en sangre está por encima de estos niveles hablamos de hiperglucemia.
Este tipo de episodios se presentan, en especial, en pacientes con diabetes tipo 1 y 2. La forma básica de abordar esta situación es mediante la administración de insulina.
Causas de niveles elevados de azúcar en sangre
En general, existen varios factores que contribuyen a la elevación de la azúcar en sangre. Las dietas con mal control de carbohidratos y el estilo de vida sedentario son los principales responsables. Otras causas frecuentes de hiperglucemia son las siguientes:
- No usar la dosis correcta de insulina.
- Olvidar el uso de los medicamentos hipoglucemiantes orales, como la metformina.
- Padecer una infección respiratoria, urinaria o gastrointestinal.
- Traumatismo físicos.
- Embarazo.
- Consumo de drogas, como la cocaína.
Un análisis descriptivo realizado 2017 demostró que las urgencias hiperglucémicas representaban el 72 % de las complicaciones agudas en los pacientes diabéticos. Los motivos de descompensación más frecuentes fueron el mal control de la diabetes tipo 1 (41,2%) y las infecciones en la diabetes tipo 2 (51,5%).
¿Cómo identificar una emergencia por diabetes?
Cualquiera sea la causa de los altos niveles de azúcar en sangre resulta importante conocer los síntomas para saber cómo actuar. Algunas de las manifestaciones más comunes son las siguientes:
- Sed excesiva.
- Necesidad de orinar con más frecuencia.
- Sudor frío.
- Visión borrosa.
- Debilidad y letargo.
- Adormecimiento.
- Palpitaciones.
- Dolor de cabeza.
- Náuseas y vómitos.
- Dificultad para respirar.
- Dolor de estómago.
- Cetonas en la orina. Estas se detectan con una tira reactiva de orina.
Es muy importante actuar con rapidez cuando se detectan altos niveles de azúcar en la sangre. Si la situación evoluciona, se corre el riesgo de presentar un coma diabético o cetoacidosis. Este se produce cuando no hay suficiente insulina y constituye una emergencia médica.
Según investigaciones, la cetoacidosis suele producir síntomas abruptos como náuseas, vómitos y alteraciones del estado mental que van desde el alerta hasta la obnubilación. En casos severos, es posible apreciar una respiración acelerada y aliento con olor a manzana.
También pueden presentarse otras complicaciones como la neuropatía diabética, la retinopatía diabética, los problemas renales o cardíacos y el síndrome hiperosmolar hiperglucémico (HHS).
Cómo controlar los niveles de azúcar en la sangre rápidamente
Los altos niveles de azúcar se deben atender con prontitud para estabilizar el organismo. Las medidas de emergencia son tres: administrar insulina, beber agua y hacer ejercicio.
1. Administrar insulina
La administración de insulina es la medida básica a tomar cuando hay niveles elevados de azúcar en las personas que tienen diabetes tipo 1 o 2. Esto es aún más importante cuando hay más de 250 miligramos de glucosa por decilitro de sangre, ya que la condición puede progresar con facilidad a una cetoacidocis y coma diabético.
Lo primero, entonces, es medir el nivel de azúcar en la sangre. Si es muy alto, lo más indicado es acudir a un centro médico. Si está elevado, pero no en extremo, lo procedente es aplicar una dosis de insulina para corregir el problema.
Estudios estiman que la dosis de insulina recomendada varía entre 0,3 a 0,5 unidades internacionales (UI) por kilogramo de peso. La misma es individualizada para cada persona y debe cubrir las necesidades basales y posterior a la ingesta alimentos.
Es importante tener en cuenta que no se observará una mejoría significativa hasta unas dos o tres horas después de haber tomado la dosis de corrección. Por lo tanto, hay que evitar tomar una nueva dosis antes de ese lapso, ya que podría ocasionar una caída abrupta del azúcar.
2. Beber agua
Una de las razones por las que se elevan los niveles de azúcar en la sangre es la deshidratación. Cuando no se bebe suficiente agua, algunos componentes de la sangre, como la glucosa, se concentran más.
Por lo tanto, lo indicado es beber mucha agua, en especial cuando comience a sentirse una sed poco habitual. Esto lleva a que se produzca más orina y de este modo se elimine el exceso de glucosa en la sangre, al tiempo que se reponen líquidos en el torrente sanguíneo.
3. Hacer ejercicio
El ejercicio es un medio muy eficaz para reducir los altos niveles de azúcar en la sangre. Incluso una caminata de tan solo 15 minutos llega a tener un impacto importante en esta condición. Esto es muy aconsejable para quienes no toman insulina.
Según estudios, el ejercicio en particular no solo es útil para mejorar la glucemia al disminuir la resistencia a la insulina y afectar positivamente su secreción, sino también para reducir el riesgo cardiovascular.
Si una persona toma insulina y su nivel de azúcar en la sangre está muy alto, no debe hacer ejercicio antes de administrar una dosis de corrección. De lo contrario, esto podría aumentar el nivel de cetonas y provocar un efecto negativo.
Estilo de vida y recomendaciones
La mejor manera de prevenir un incremento en el nivel de azúcar en la sangre es con un estilo de vida adecuado. Lo más indicado es observar las siguientes recomendaciones:
- Regular la ingesta de carbohidratos. El organismo convierte los carbohidratos en azúcares, motivo por el cual se debe mantener una dieta baja en estos alimentos.
- Aumentar el consumo de fibra. La fibra ayudaría a disminuir la absorción del azúcar y la digestión de los carbohidratos. El efecto es una mayor estabilización de los niveles de glucosa.
- Mantenerse hidratado. Beber agua ayuda a drenar el exceso de azúcar en la sangre a través de la orina. Además, previene la deshidratación.
- Alimentos con índice glucémico bajo. Estos incluyen frijoles, lentejas, legumbres, cereales, cebada, maíz, camotes, carne, huevos, mariscos, vegetales sin almidón y la mayoría de las frutas.
- Controlar el estrés. Los altos niveles de hormonas del estrés también incrementarían los niveles de azúcar en la sangre. Las técnicas de relajación y el ejercicio son buenas alternativas.
- Ejercicio regular. Diferentes estudios señalan que el ejercicio ayuda a que el organismo utilice mejor el azúcar que está disponible en el torrente sanguíneo.
- Dormir bien. La mala calidad de sueño incide sobre hormonas metabólicas importantes y esto afecta la sensibilidad a la insulina. Además, influye sobre el aumento de peso.
- Alimentos ricos en cromo y magnesio. Estos son micronutrientes que ayudan a regular los niveles de azúcar en la sangre. Están en las hojas de color verde oscuro, aguacates, frijoles, granos enteros, chocolate oscuro, bananas y pescado.
- Vinagre de manzana y canela. El vinagre de manzana y la canela tienen efectos positivos sobre el organismo, incluyendo una contribución a mantener estables los niveles de azúcar.
- Evitar las bebidas azucaradas.
- Monitoreo continuo. Es importante monitorear con frecuencia los niveles de azúcar en la sangre para detectar cualquier irregularidad a tiempo.
¿Cuándo buscar atención médica?
Las personas diabéticas deben estar siempre atentos a los niveles de glucosa en sangre. En la mayoría de los casos, la hiperglucemia no genera síntomas hasta que alcanza valores muy elevados. Algunos signos de alarma que requieren atención médica lo antes posible son los siguientes:
- Náuseas y vómitos.
- Confusión y somnolencia.
- Respiración acelerada.
- Dolor abdominal.
De igual forma, consulta con un especialista si tu glucemia se mantiene elevada a lo largo del día, a pesar de haber aplicado las medidas de corrección. Si presentas síntomas extraños acude al médico con algún familiar o amigo que pueda estar atento a tu estado de salud.
Tratamiento médico de la hiperglucemia grave
Las crisis hiperglucémicas suelen precipitarse en aquellas personas que no reciben tratamiento oportuno. En estos casos, es necesaria la hospitalización en una sala de emergencia para atención y vigilancia médica estricta. El objetivo es corregir la glucemia y estabilizar al paciente, para lo cual se realiza lo siguiente:
- Reposición de líquidos: la administración continua de líquidos por vía endovenosa permite restaurar la composición de fluidos corporales, evitar la deshidratación y reducir el azúcar en sangre.
- Restitución de electrolitos en sangre: la hiperglucemia se asocia con perdida de electrolitos importantes para el funcionamiento del organismo, como el sodio y el potasio. De igual forma, el tratamiento con insulina también promueve estas perdidas. Por tanto, es indispensable su reposición.
- Insulina endovenosa: la terapia insulínica es la medida específica para corregir la hiperglucemia. Según estudios, la infusión de la insulina mediante bomba de infusión endovenosa es el sistema recomendado por ser el más eficiente, seguro y fácil de utilizar para el control de la glucemia.
Mantener controlados los niveles de azúcar en sangre con ayuda del médico
Si una persona tiene diabetes u otros problemas con los niveles de azúcar en la sangre, no debe cambiar su dieta o ingerir productos nuevos sin consultar primero con el médico. Cada caso es diferente y lo indicado es dejarse guiar por el profesional de la salud.
Si la glucemia sube con relativa frecuencia, también se debe consultar con el médico. No es conveniente bajar el azúcar de forma habitual, ya que esa inestabilidad también trae consecuencias negativas.