Cómo es el flujo vaginal los primeros días de embarazo?
Desde el inicio del embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una gran variedad de cambios que la preparan para el desarrollo y el crecimiento del feto. Estas modificaciones son resultado de la influencia hormonal y condicionan los signos típicos de esta etapa. Algunas se preguntan, ¿cómo es el flujo vaginal en los primeros días del embarazo? En esta oportunidad lo detallamos.
El flujo o moco vaginal es una sustancia pegajosa, viscosa, traslúcida u opaca que es producida por las células secretoras del cuello uterino, según estudios. En general, este experimenta varios cambios en su composición y propiedades físicas en las diferentes etapas del ciclo reproductivo de las mujeres.
En la mayoría de los casos, sus características revelan información vital sobre la salud femenina. En este sentido, es posible evidenciar pequeñas alteraciones que hacen sospechar de un posible embarazo. ¿Quieres saber más al respecto?
Composición y características del flujo vaginal normal
El flujo cérvico-vaginal es secretado por células especializadas ubicadas en las criptas del cérvix. Este es transportado desde el cuello uterino a la vagina a través de las células ciliadas y cumple un rol importante en la fecundación y la protección de los genitales internos femeninos.
El flujo normal es un hidrogel formado por una fase acuosa y una fase de gel. Así las cosas, investigaciones sugieren que está formado mayoritariamente por agua, con una proporción del 90 a 95 %. En esta fase se encuentran inmersos varios electrolitos, carbohidratos, proteínas, enzimas y anticuerpos.
Por otro lado, la fracción de gel, también llamada sólida o insoluble, está formada por diversas biomoléculas y glicoproteínas o mucinas. Estas otorgan la mayor parte de las características físicas al flujo vaginal durante el embarazo y la etapa fértil de la mujer. Dentro de las propiedades cualitativas del moco cervical encontramos las siguientes
- Aspecto: el flujo vaginal varía de limpio cristalino al opaco «sucio» según los niveles de estrógenos.
- Elasticidad: por lo general, es elástico y mantiene su forma al distenderlo. Esta característica disminuye en la medida que se reduce la estimulación estrogénica.
- Viscosidad: es viscoso durante la fase folicular y se hace más ligero durante la ovulación para facilitar la fecundación.
Cambios en el moco cervical antes de la gestación
El ciclo menstrual femenino dura de 28 a 31 días y varía de una mujer a otra. En este, el moco cervical experimenta cambios en sus propiedades físicas y su composición, influenciados por los niveles de los estrógenos y la progesterona.
Por lo general, al principio de la fase folicular —previo a la ovulación— el flujo vaginal es más pegajoso y opaco. Estudios sugieren que a partir del día 10 aumentan los niveles de estrógeno, por lo que el flujo vaginal se torna más ligero, claro y viscoso, similar a las claras de huevo. Esta forma también es llamada flujo fértil.
La ovulación ocurre el día 14. En este punto es posible estirar el líquido cervical más de 2 centímetros entre los dedos. El flujo debe ser ligero para no obstaculizar el ascenso de los espermatozoides y la fecundación. Entre los días 14 y 22, el cuerpo libera progesterona, por lo que el moco se torna turbio, para luego volverse cada vez más espeso.
¿Cómo es el flujo vaginal en el embarazo?
Una vez ocurre la fecundación y la implantación del óvulo, el cuerpo comienza a liberar diferentes señales endocrinas que modifican el cuerpo de la mujer. Por tal motivo, en los primeros días del embarazo es posible evidenciar un flujo vaginal abundante, denso, opaco o blanquecino, por el aumento en la circulación sanguínea a la zona.
Más adelante, se tornará más espeso y pasará a formar un tapón mucoso a nivel del cuello uterino. El mismo se encargará de evitar el ascenso y la entrada de microorganismos y sustancias dañinas al útero que puedan comprometer la salud del feto en desarrollo.
El tapón mucoso se acumula de forma progresiva hasta ocluir totalmente la abertura del cérvix. Al final de la gestación, el cuello uterino se dilata y el tapón desaparece de forma paulatina para permitir la salida del bebé durante el parto.
Otros cambios en el moco cervical durante la gestación
Un cambio habitual en el flujo vaginal al principio del embarazo es la salida de líquido rosado claro o marrón que suele confundirse con la menstruación. En general, el mismo ocurre en una ocasión, es ligero y no se acompaña de mal olor u otros signos. Este fluido corresponde al sangrado por la implantación del óvulo fecundado en el útero.
¿Cuándo buscar atención médica?
Como ves, el flujo vaginal forma parte del embarazo y la adaptación del cuerpo para el desarrollo del embrión. No obstante, existen signos de alarma que pueden indicar una posible afección médica, lo que requiere atención lo antes posible. Tal es el caso de las siguientes situaciones:
- Flujo amarillo o verde.
- Secreción blanca con grumos.
- Fluido con olor intenso y desagradable.
- Picazón y sarpullido en los genitales femeninos.
- Ardor al orinar.
- Molestias durante las relaciones sexuales.
Estos síntomas son característicos de procesos infecciosos a nivel genital, como la vaginosis bacteriana o la candidiasis. En este sentido, es necesario consultar con un especialista en ginecología para identificar la afección subyacente, o bien descartar problemas en el embarazo.
Un fenómeno natural en la gestación
Los cambios en el flujo vaginal acompañan cada una de las etapas de la vida de la mujer y la gestación. Este pasa de ser ligero y fluido en la ovulación a formar un tapón grueso que protege al embrión durante el embarazo. Es común que sea espeso, opaco y viscoso en los primeros días de la gestación.
La presencia de este signo acompañado de náuseas, vómitos y cambios en el apetito son señales inminentes de una posible gestación. Ante la sospecha, no dudes en acudir con un médico especialista para qué aconseje y guie cada momento de esta nueva etapa.