¿Cómo tratar la menorragia?
Tratar la menorragia es una tarea que debe asumirse con las particularidades de cada caso. No todas las mujeres responden igual a los mismos abordajes. Aquí te contamos algunas opciones disponibles.
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Para definir cómo tratar la menorragia, lo primero que buscan los profesionales de la salud es resolver el origen de la misma. Este trastorno se define como el aumento en la cantidad del sangrado menstrual o su prolongación excesiva.
Es usual que la forma clínica se asocie a una alteración del ritmo menstrual, que sería la metrorragia. En dicho caso, el nombre más correcto es menometrorragia. De todas maneras, los tratamientos son coincidentes.
¿Qué es la metrorragia y cuáles son sus causas?
En términos estrictos, hay metrorragia cuando una mujer menstrúa más de 80 mililitros de sangre en su período. Ese es el límite técnico en medidas concretas para establecer la patología.
En cuanto a los días que se consideran para establecer que es un sangrado prolongado, hay discusión científica. Por regla general, casi todos los protocolos diagnósticos mundiales consideran que más de una semana es anormal.
Las causas del trastorno se pueden resumir en las siguientes:
- Desequilibrio hormonal: muchas hormonas intervienen en el ciclo menstrual, por lo que un pequeño desajuste en cualquiera de ellas es suficiente para provocar más o menos sangrado. Puede ser un problema de tiroides, estrógenos, progesterona o prolactina.
- Miomas uterinos: la presencia de miomas en el útero es causa de metrorragia. Los miomas son crecimientos tumorales benignos de músculo en la pared del órgano. Deforman la superficie del endometrio y lo llevan a sangrar en mayor cantidad.
- Anticoagulación: las mujeres con enfermedades de la coagulación o medicadas con anticoagulantes por otra patología pueden cursar sangrados muy abundantes, incluso con el riesgo de anemias ferropénicas marcadas.
- Perimenopausia: cuando una mujer ingresa a las edades de finalización de los ciclos menstruales, las alteraciones del ritmo son frecuentes. Esto conlleva a cambios en la cantidad del sangrado mensual, que van desde etapas de amenorrea hasta periodos con abundante sangre que no coagula de manera correcta. Para muchas es el anuncio del inicio de la menopausia.
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¿Cómo tratar la menorragia de manera natural?
Antes de abordar las formas medicamentosas de tratar la menorragia, cabe mencionar que hay alternativas naturales para los casos leves. Siempre se debe haber consultado a un profesional de la salud para saber si es posible aplicar estos métodos. Lo usual es que sean coadyuvantes de otras terapias médicas.
Hidratación
La menorragia acarrea deshidratación por la pérdida de líquidos que se van con la sangre. Sobre todo alrededor de los días del período, las mujeres con el trastorno deben aumentar su ingesta de agua.
Si lo hacen mediante bebidas isotónicas, el beneficio es mayor. Una bebida isotónica es aquella que posee igual concentración de electrolitos que los de la sangre. De esta manera, se evita una deshidratación silenciosa por una mala reposición.
Dieta para la anemia
Una complicación asociada a la menorragia es la anemia. La pérdida de hierro con el sangrado conduce a formas ferropénicas de disminución de los glóbulos rojos, lo que ocasionará un síndrome de cansancio extremo, fatiga, caída de cabello, taquicardia y palidez en la piel.
Se recomienda ayudar a tratar la menorragia con una dieta abundante en hierro y vitamina C. Ambos componentes ayudan a reponer las pérdidas ocasionadas por la hemorragia. Para ello, resultan ideales los cítricos, el brócoli, la carne roja y la espinaca.
Es importante seguir un control médico si te han detectado anemia. Debe corregirse, ya sea con alimentos o con el uso de suplementos farmacológicos para alcanzar los niveles de hemoglobina considerados normales.
Tratamientos farmacológicos de la menorragia
Una vez que el médico evalúa las causas de la menorragia, se plantean opciones de abordaje. Pueden recetarse métodos anticonceptivos, que de manera secundaria regulan el ciclo, o el uso de ciertos analgésicos y antiinflamatorios con especial acción en el aparato reproductor femenino.
Veamos más en detenimiento estas formas de tratar la menorragia:
- Anticonceptivos: las hormonas empleadas en los anticonceptivos tienen capacidad de regular el ciclo menstrual. Esto ayuda a las mujeres con menorragia, pues disminuye la cantidad de sangre que evacuan en cada período. Dependerá de la opción que elija cada una, pero se han encontrado resultados beneficiosos con las píldoras, los inyectables y los parches.
- DIU hormonal: el dispositivo intrauterino con liberación de hormonas ha sido un cambio en el paradigma de este método anticonceptivo. Se trata del típico DIU, pero impregnado con alguna hormona que intervenga en el ciclo menstrual. Se diseñó, en términos puntuales, para ayudar a las mujeres con sangrados irregulares.
- Ácido mefenámico: este es un antiinflamatorio no esteroideo que, teniendo poca acción analgésica en casi todos los tejidos, resultó ser un excelente calmante de los cólicos menstruales. También se lo ha asociado a la posibilidad de reducir la cantidad de los sangrados en aquellas mujeres con síndromes menstruales dolorosos.
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¿Cuándo consultar al médico?
Los síntomas de menorragia son reconocibles siempre porque se trata de un aumento en la cantidad de sangre en los períodos. Debe consultarse sin dejar pasar el tiempo, ya que el proceso diagnóstico puede demorar.
A la larga, si no se instauran abordajes, habrá anemia y alteraciones de la calidad de vida por el dolor o la falta de energías que acarrea el trastorno. Una vez realizados los métodos complementarios, el médi