Enfermedad por reflujo gastroesofágico: todo lo que debes saber
La enfermedad por reflujo gastroesofágico produce ardor en el pecho, dolor abdominal y ronquera. Además, puede provocar úlceras y cambios preneoplásicos. El cambio de hábitos es la primera medida para contrarrestarla.
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La enfermedad por reflujo gastroesofágico es una patología frecuente que se identifica con las siglas ERGE. Es una entidad sobre la que influyen muchos factores, como la dieta, el peso e incluso el estrés. Por este tipo de desencadenantes su prevalencia ha aumentado de manera notable en los últimos años.
Casi toda la población ha experimentado el reflujo ácido alguna vez en su vida. No obstante, la ERGE no es algo puntual, sino que va más allá. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre esta entidad y cómo tratarla.
¿Qué es la enfermedad por reflujo gastroesofágico?
La enfermedad por reflujo gastroesofágico consiste en que el contenido ácido presente en el estómago asciende hacia el esófago de manera frecuente. Como hemos señalado en la introducción, casi todas las personas han experimentado reflujo alguna vez.
La diferencia entre la enfermedad y el reflujo puntual es que, en esta patología, sucede por lo menos una o dos veces por semana. Según un artículo de revisión publicado en el Acta Gastroenterológica Latinoamericana, la prevalencia está entre el 10 y el 20 % en países occidentales. En los países de Asia esta prevalencia es mucho menor, quizás por factores relacionados con su tipo de dieta.
El reflujo del contenido ácido se produce porque el esfínter esofágico inferior se encuentra debilitado. Este esfínter es, en realidad, un grupo de músculos que controlan el paso de alimentos desde el esófago al estómago. Cuando esto sucede y el ácido alcanza el esófago de manera repetida, la mucosa que lo reviste se acaba dañando.
En un estudio publicado en Anales del Sistema Sanitario de Navarra afirman que una de las complicaciones más frecuentes es el esófago de Barret. Es una patología que produce una serie de cambios precancerígenos en la mucosa del esófago.
Otra posible complicación es la úlcera esofágica. El ácido puede dañar de forma continua la mucosa, provocando que se forme esta lesión, la que sangra y complica la digestión.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la ERGE?
Como mencionamos al principio, esta patología es multifactorial. Es decir, sobre su desarrollo influyen numerosos factores. En primer lugar, la obesidad es uno de los más asociados, al igual que la dieta. Las personas que comen de manera abundante, sobre todo por la noche, tienen más probabilidad de padecerlo.
Sobre todo si las comidas son ricas en grasas. Lo mismo sucede entre quienes abusan del alcohol o del café, ya que son sustancias que incrementan la secreción de ácido en el estómago. Fumar también se ha reconocido como factor de riesgo.
Según un estudio publicado en Farmacia Profesional, hay otros factores importantes. Por ejemplo, las bebidas carbonatadas, el ejercicio físico e incluso dormir en ciertas posturas. Del mismo modo, el estrés y el embarazo son importantes desencadenantes de esta patología.
¿Qué síntomas produce?
Los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico pueden llegar a ser muy molestos e incapacitantes. La mayoría de los pacientes explican que sufren una sensación de ardor que asciende hacia la garganta. Suele aparecer por las noches o tras las comidas.
Esto se debe a que, al estar tumbado, es más fácil que el contenido del estómago retroceda hacia el esófago. Otro síntoma típico es el dolor en el pecho, al igual que la sensación de tener un nudo en la garganta.
En algunas personas, si la enfermedad avanza, es frecuente encontrar dificultad para tragar o respiratoria. De hecho, la afonía y la carraspera son otros signos comunes en esta patología.
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¿Cómo se diagnostica la enfermedad por reflujo gastroesofágico?
El diagnóstico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico es complejo. En primer lugar, suele basarse en los síntomas. En la mayoría de casos se dispone primero un tratamiento farmacológico para comprobar la evolución del paciente.
Aún así, tras unas semanas, se recomienda explorar el esófago mediante pruebas complementarias. Se observa si sigue habiendo reflujo y si hay lesiones o complicaciones derivadas del mismo. A continuación explicamos las principales pruebas que se realizan.
Endoscopia en la enfermedad por reflujo gastroesofágico
La endoscopia es una prueba que consiste en introducir un tubo fino y flexible a través de un orificio corporal. En este caso se realiza a través de la garganta. Este tubo lleva una luz y una cámara integrada.
La endoscopia permite observar el esófago y comprobar si hay inflamación o lesiones. Incluso, mediante el mismo instrumento se pueden tomar biopsias del tejido esofágico y analizarlas luego.
Manometría esofágica
La manometría esofágica es una prueba que mide la presión y las contracciones que se producen a lo largo del esófago. De esta manera se observa la fuerza que realizan los músculos, lo que puede indicar una alteración del esfínter esofágico inferior.
Medición del pH (pHmetría) de 24 horas
Para realizar esta prueba se introduce una sonda a través de la nariz hacia el final del esófago o hasta el estómago. Con ella se puede observar si se producen episodios de reflujo y cuánto duran, ya que mide las variaciones de pH.
Tratamientos para la enfermedad por reflujo gastroesofágico
Por fortuna, los avances en la medicina han permitido que la enfermedad por reflujo gastroesofágico se pueda tratar de diferentes maneras. Lo primero es intentar cambiar ciertos hábitos y probar medicamentos específicos de los que hablaremos en el siguiente apartado.
En los casos en los que dichas medidas no funcionen, también hay una serie de opciones más agresivas que pueden resolver la patología de manera definitiva. En primer lugar encontramos la funduplicatura.
Es una técnica quirúrgica que consiste en envolver la parte superior del estómago sobre la parte final del esófago. Así, se engloba el esfínter y se ejerce más presión, ayudando a que el contenido ácido no vuelva a ascender.
Otra técnica es la colocación del dispositivo LINX. Según un estudio publicado en ECOS Internacionales de la Cirugía es un método que ha demostrado ser eficaz. Es una especie de anillo magnético que cierra la unión entre el esófago y el estómago de manera selectiva. Impide el reflujo, pero permite el paso de alimentos.
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Tratamientos y recomendaciones para el hogar
Antes de recurrir a la cirugía es importante modificar ciertos hábitos para prevenir la enfermedad por reflujo gastroesofágico. En primer lugar, es esencial reducir el peso corporal. Al menos en aquellas personas en las que la obesidad sea uno de los factores influyentes.
Al comer, lo ideal es permanecer sentado o de pie unas 3 horas para favorecer el descenso del líquido por gravedad. Lo mismo se puede hacer si el reflujo aparece durante la noche. Muchas personas utilizan almohadas para elevar el tronco. Además, es esencial dejar de fumar.
Medicamentos de venta libre para la enfermedad por reflujo gastroesofágico
Hay medicamentos que se suelen emplear para la enfermedad por reflujo gastroesofágico que no necesitan receta. Por ejemplo, los antiácidos como el bicarbonato de sodio. No obstante, no se debe abusar de este tipo de sustancias, ya que no resuelven el problema.
Los fármacos más empleados son los que bloquean la producción de ácido en el estómago. En primer lugar, los que actúan inhibiendo la bomba de protones, como el omeprazol. También hay los que actúan sobre los receptores de histamina del estómago, aunque estos suelen ser la segunda opción.
El problema es que este tipo de medicamentos, cuando se consumen de forma prolongada en el tiempo, se relacionan con efectos secundarios graves. Por ejemplo, con un aumento de riesgo de padecer cáncer, tal y como explica un estudio publicado en la Revista Colombiana de Gastroenterología.
Medicamentos con receta
Algunos fármacos que también actúan como inhibidores de la bomba de protones sí necesitan receta. Por ejemplo, el esomeprazol o el lansoprazol. Hay otros, como el baclofen, que actúa reforzando el esfínter esofágico inferior. Suelen ser medicamentos más potentes o con más riesgo de efectos secundarios.
La ERGE y el cambio de hábitos
La enfermedad por reflujo gastroesofágico es una patología frecuente sobre la que influyen muchos factores. Para prevenirla es importante que seamos conscientes que tanto la obesidad como los hábitos alimenticios influyen mucho sobre su desarrollo.
Además, es necesario que ante cualquier síntoma se consulte siempre con un médico. El ácido puede provocar lesiones sobre el esófago y dar lugar a complicaciones graves.