Esguince cervical: síntomas y grados
El esguince cervical es una patología asociada a los accidentes de tráfico, en mayor medida, pero también puede ser consecuencia de una agresión o aparecer en los deportes de contacto. Te contamos todo aquí.
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Quizá no hayas oído hablar del esguince cervical, pero seguro que sí que has escuchado el término latigazo cervical. Son dos expresiones que se utilizan como sinónimos, aunque tienen ciertas diferencias.
El latigazo cervical es una transferencia de energía al cuello, que se produce por un mecanismo de aceleración o de frenado brusco. Esto sucede con frecuencia en los accidentes de coche. Este trauma puede dañar todos los tejidos cervicales, tanto blandos como óseos.
Por otro lado, el esguince cervical hace referencia a una lesión específica producida por estos mecanismos de aceleración. Consiste en que alguno de los ligamentos de las vértebras cervicales se desgarra, o hay contracturas musculares. No se incluye ninguna lesión referente al hueso.
¿En qué consiste un esguince cervical?
Un esguince cervical, tal y como mencionábamos, consiste en un desgarro de uno o varios ligamentos de la columna cervical. Estas estructuras anatómicas se encargan de unir a las vértebras entre sí. Un problema diagnóstico es que es muy difícil demostrar la lesión. Por eso se tiende a hablar de latigazo cervical de manera general.
Cuando se produce un movimiento brusco de la cabeza, todas las estructuras del cuello sufren una hiperextensión y una hiperflexión. Por ejemplo, en un accidente de coche donde otro vehículo golpea con fuerza desde atrás al tuyo, el cráneo se desplazará rápido hacia delante y hacia atrás.
Al ser un movimiento inesperado, los músculos no están preparados para amortiguar el golpe. De hecho, esta es la causa principal tanto del esguince cervical como del latigazo.
Sin embargo, el esguince cervical también puede aparecer por otros motivos. Por ejemplo, en agresiones físicas o en deportes de contacto. Es muy frecuente verlo en jugadores de fútbol americano y boxeadores.
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¿Qué síntomas aparecen?
El síntoma más frecuente de esta lesión es el dolor de cuello. Aparece poco después del golpe que ha causado la lesión y puede llegar a ser muy intenso. De hecho, tiende a prolongarse durante semanas o meses.
Además del dolor, las personas que sufren un esguince cervical sienten rigidez y pesadez de cuello. Al intentar mover esta parte, la molestia se incrementa, por lo que se reduce la capacidad de movimiento. Se puede acompañar de mareos, vértigo y dolor de cabeza.
Cuando se combina el estrés por una situación traumática con el vértigo y el dolor, no es improbable que sucedan vómitos. En este caso, el disparador es la conjunción de desequilibrios que percibe el cerebro por todos los factores asociados.
Es posible que algunos pacientes tengan sensación de hormigueo en los brazos y en las manos. Por otra parte, en el esguince cervical también se pueden afectar la vista y el oído. La visión borrosa y los acúfenos, que son una especie de pitidos constantes, acompañan la sintomatología.
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¿Qué grados de esguince cervical existen?
El esguince cervical es difícil de diagnosticar, ya que las pruebas de imagen no suelen mostrar ninguna lesión. Por eso, esta patología se divide en grados, según los síntomas que exprese el paciente:
- En el grado 1 encontramos síntomas del cuello, como dolor y rigidez.
- El grado 2 agrega signos musculoesqueléticos. Por ejemplo, la movilidad cervical restringida o una molestia más puntual.
- Los síntomas graves pertenecen al grado 3 y ya existe afectación de los reflejos tendinosos con alteración sensitiva. Cambia la percepción de la piel en la zona cervical y hasta en los miembros superiores.
- Por último, en el grado 4 encontramos luxaciones o fracturas cervicales. Es el de mayor gravedad.