Fractura de cadera: todo lo que debes saber
La fractura de cadera presenta una alta tasa de mortalidad, ya que la mayoría de los pacientes que la padecen son ancianos y tienen un estado de salud delicado previo a la lesión.
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Una fractura de cadera (FC) es una lesión grave que puede poner en riesgo la vida del paciente. Se trata de la complicación más severa de una osteoporosis y, por desgracia, constituye un problema de salud muy frecuente en personas ancianas. Sin ir más lejos, en países como España se producen unos 60 000 casos anuales, es decir, 100 afectados por cada 100 000 habitantes.
La mayoría de los que padecen una fractura de cadera tienen más de 80 años de edad, lo que complica el abordaje clínico y una posible recuperación. Si quieres saberlo todo sobre la fractura de cadera y su pronóstico, te animamos a continuar leyendo.
¿Qué es una fractura de cadera?
Una fractura de cadera (FC) se define como una lesión y fracturación ósea producida a nivel de la extremidad proximal del fémur, tal y como indica el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC). De acuerdo con su localización, puede afectar a la cabeza femoral, al cuello del fémur, a los trocánteres o a otros segmentos.
Las fracturas del cuello del fémur son intracapsulares, es decir, se encuentran en el interior de una cápsula articular; en este caso, en el punto de inserción entre el fémur y la pelvis. Las lesiones trocantéreas y en otros segmentos se clasifican como extracapsulares, pues no afectan a la articulación propiamente dicha, sino al largo del hueso.
Según documentos presentes en el portal profesional Medigraphic, se pueden distinguir distintos tipos de fracturas de cadera en base a muchos parámetros. Si nos fijamos en el grado de desplazamiento de las estructuras dañadas, encontramos las siguientes categorías:
- Grado I: fractura incompleta o abducción.
- Grado II: fractura completa, pero sin desplazamiento de las estructuras implicadas.
- Tipo III: fractura completa que presenta un desplazamiento parcial. Esta separación es menor al 50 %.
- Tipo IV: fractura completa que presenta un desplazamiento total. Las estructuras óseas previamente unidas pierden todo tipo de contacto.
¿Qué causa una factura de cadera?
Tal y como indica la Clínica Mayo, un impacto grave —como un golpe automovilístico o una caída de gran altura— puede provocar una factura de cadera en toda persona, independientemente de su género o edad.
De todas formas, como ya hemos dicho, la edad media de los pacientes es de 80 años o más, con una mayor incidencia en mujeres. Esto es debido a la mayor prevalencia de osteoporosis en este grupo etario, que es mucho más vulnerable ante esfuerzos y golpes de índole mecánica.
Los huesos no son tejidos estancos, ya que se generan y se destruyen según el crecimiento individual y las demandas fisiológicas. A este proceso se le conoce como remodelación. A partir de los 30 años de edad, la destrucción de tejido óseo supera la tasa de producción del mismo, lo que provoca que los huesos se vuelvan frágiles, porosos y débiles.
Así pues, un paciente anciano con osteoporosis es mucho más proclive a romperse la cadera ante una misma lesión que una persona joven. La mayoría de los cuadros clínicos se producen cuando el individuo cae estando de pie, produciéndose así una rotura femoral de mayor o menor gravedad.
Para saber más: Tipos de osteoporosis
Factores de riesgo
Como habrás podido comprobar, ser anciano es el mayor factor de riesgo a la hora de sufrir una fractura de cadera. Aun así, se conciben otros parámetros que pueden favorecer la aparición de este tipo de lesión grave.
Entre ellos encontramos los siguientes:
- Sexo: las mujeres pierden densidad ósea a un ritmo más rápido que los hombres; de allí que el 80 % de los pacientes con esta patología sean de género femenino. Esto se debe, en parte, a la caída en la producción de hormonas sexuales —como el estrógeno— durante la menopausia.
- Osteoporosis: como hemos dicho, sufrir osteoporosis amplifica las probabilidades de presentar una FC tras una caída.
- Problemas nutricionales: los déficits de calcio y ciertas vitaminas pueden traducirse en una falta de densidad ósea durante el crecimiento y desarrollo.
- Consumo de alcohol y tabaco: estos elementos adictivos y otras drogas trastocan el ritmo de producción y desgaste óseo.
Si no eres una persona anciana, la imprudencia al volante, el consumo de drogas y la falta de ejercicio físico son algunos de los eventos que pueden propiciar un accidente que envuelva fracturas de cadera. Siendo joven, es difícil que este episodio suceda en alguien con un estilo de vida saludable.
Síntomas de una fractura de cadera
Tal y como indican los Manuales MSD, el síntoma más común es un dolor muy fuerte y evidente en la zona de la ingle tras una caída. Si los fragmentos óseos se han separado (lesión tipo III y IV), el sujeto no puede caminar, permanecer de pie o tan siquiera mover su pierna afectada.
Por otro lado, si la fractura es leve (tipo I), el paciente puede tratar de hacer vida normal durante unos días, a pesar del dolor. Esto no es nada aconsejable, pues lo único que provoca es un aumento del riesgo de muerte, tanto a corto como largo plazo.
Posibles complicaciones
Como indican estudios, entre el 2 y el 7 % de los pacientes fallecen en la fase hospitalaria aguda, es decir, al poco tiempo de ser ingresados. Entre el 6 y el 12 % de los ancianos que superan esta fase mueren durante el primer mes posterior a la fractura y hasta el 33 % en menos de un año.
Así pues, las probabilidades de muerte inmediatas a la lesión son de un 5-10 %, que aumentan hasta 1/3 de los pacientes totales tras un año. Por otro lado, más de un 10 % de los supervivientes quedan completamente incapacitados, sin posibilidad de volver a su residencia previa. Por desgracia, los datos son desoladores.
¿A qué se debe este fatal pronóstico? Portales ya citados nos lo explican con algunas de las complicaciones más comunes de una fractura de cadera:
- Coágulos de sangre que se forman en las piernas o en los pulmones: esto corta el flujo normal de la sangre, lo que suele desembocar en muerte.
- Riesgo de desarrollo de úlceras por presión: debido a que el paciente está postrado durante un largo período de tiempo en la cama de un hospital. Esto puede desembocar en infecciones sistémicas, lo que también suele traducirse en muerte en personas ancianas.
- Mayor pérdida de masa muscular: al estar postrado en una cama, el paciente perderá masa muscular, lo que dificulta aún más sus probabilidades de recuperación.
- Infecciones: de las vías urinarias, neumonías, sepsis.
Diagnóstico de una fractura de cadera
Tras una caída grave, acudir al médico con urgencia se hace esencial, sobre todo si el implicado es un paciente de avanzada edad. El médico realizará una radiografía de urgencia y en ella se podrá observar hasta dónde ha llegado la fractura.
Dependiendo de la extensión de la lesión, se procederá a realizar distintos tipos de tratamientos.
La cirugía tras la fractura de cadera
A pesar de los datos brindados hasta ahora, la fractura de cadera en un anciano nunca se considera el final del camino. Por ello, es indispensable tratar de abordarla mediante un tratamiento quirúrgico.
Se trata de un proceso muy delicado, pues como indica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la recuperación puede tardar hasta un año entero.
En base al tipo de lesión, se pueden realizar diversas cirugías. Te contamos sus particularidades, a modo de cierre de la temática, en los siguientes apartados.
1. Reparación interna con tornillos
Tal y como indica el portal Central Coast Orthopedic, este procedimiento quirúrgico utiliza tornillos metálicos especiales para reparar la fractura femoral. Los tornillos pueden estar sujetos a una placa de metal inserta en el hueso o por sí solos, pero en todo caso ayudan a que el tejido vuelva a unirse.
2. Reemplazo total de cadera
La cabeza y cuello del fémur y la cavidad del hueso pélvico se reemplazan por completo con prótesis artificiales. Esta parece ser la mejor opción en casi todos los casos, pues se asocia a una calidad de vida expandida en los pacientes que se someten al procedimiento.
3. Reemplazo parcial de cadera
En este caso, solo se reemplaza la parte dañada del fémur y no la articulación completa. Se recomienda en pacientes que ya presentan patologías previas o que no van a poder vivir nunca de forma independiente.
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Una patología con alta mortalidad
Por desgracia, patologías como esta nos dejan una sensación agridulce tras descubrir sobre ellas. Si bien es posible que el paciente se recupere de un reemplazo total de cadera y lleve una vida prácticamente normal, en muchos casos esto no se cumple y se produce su fallecimiento temprano.
Más allá de la gravedad de la fractura de cadera en sí misma, hay que tener en cuenta que la mayoría de las personas afectadas son ancianas y ya presentan patologías previas a la lesión. Por esta razón, la recuperación es tan costosa y la tasa de mortalidad tan alta.