Muelas de los 6 años: primeros dientes permanentes en niños
Las primeras muelas permanentes aparecen en nuestra boca alrededor de los 6 años. Y desde esa edad nos deben acompañar por el resto de nuestras vidas.
Por eso es importante que los padres estén atentos a su salida y cuidado. Pues las muelas de los 6 años cumplen funciones claves en el desarrollo oral. Y sin la atención adecuada, aumenta el riesgo de que enfermen e incluso se pierdan para siempre.
Sigue leyendo y descubre todo lo que debes saber sobre las primeras muelas permanentes en los niños. Aprende sobre cómo sucede el proceso eruptivo, qué patologías lo afectan y de qué maneras se pueden cuidar.
La salida de las muelas de los 6 años en los niños
En los primeros años de vida, 20 piezas de leche conforman la dentadura del niño. Estos elementos salen de manera progresiva desde los 6 u 8 meses hasta los 3 años, aproximadamente. Y acompañan al pequeño hasta los 6 años, cuando comienza la etapa del recambio dental.
Desde los 5 o 6 años, los niños comienzan la época del cambio de dientes de leche por los definitivos. Este proceso es lento y progresivo.
Los elementos temporarios se mueven, se caen y son reemplazados por los permanentes que ocupan su lugar. Esto sucede hasta alrededor de los 12 años del pequeño. En esta etapa, el niño presenta lo que se conoce como dentición mixta. Pues tiene al mismo tiempo algunos dientes de leche y otros definitivos.
Pero no todas las piezas definitivas ocupan el lugar de un elemento temporario. Los molares permanentes erupcionan en la parte posterior de la boca sin suceder a ningún diente de leche.
Y esto ocurre hasta los 21 años con la salida de las muelas de juicio. Lo que completa la dentadura adulta, con sus 32 elementos dentarios.
Los primeros molares permanentes son llamados muelas de los 6 años. Es que a esa edad es cuando suelen aparecer en la boca. Aunque en realidad, esto es estimativo y depende del ritmo de crecimiento de cada pequeño. Pudiendo aparecer a los 5 años, a los 7 o inclusive después.
Las muelas de los 6 años salen en la parte más posterior de la boca de los niños, justo por detrás de los dos molares de leche. Y como te decíamos, brotan sin que haya ningún diente para reemplazar. Su tamaño es mucho mayor en comparación a las piezas temporarias, pues se trata de un molar que usaremos en la adultez.
Alrededor de los 12 o 13 años erupcionan los segundos molares definitivos, por detrás de los primeros. Y entre los 18 y 21 años los terceros, también conocidos como cordales o muelas de juicio.
Una erupción “silenciosa”
La salida de las muelas de los 6 años muchas veces pasa desapercibida, tanto para los niños como para los padres. No es habitual que el pequeño presente las mismas molestias que los adultos asocian al brote de los dientes del bebé. Al no doler ni sustituir a un elemento que se cae, y estar en una zona poco visible, esta erupción es bastante “silenciosa”.
Por este motivo, ante la llegada de los 6 años, es importante que los adultos estén atentos a lo que sucede en la parte de atrás de la boca de sus hijos. Pues como te contaremos más adelante, la localización posterior y el difícil acceso a la limpieza pueden llevar a que estos elementos definitivos se enfermen.
Cuando las muelas de los 6 años comienzan a salir, se observan pequeñas puntas blancas que se asoman a través de la encía. Son las cúspides del elemento que está por emerger. Esto sucede por detrás de los molares de leche, tanto en el maxilar superior como en el inferior.
A medida que la erupción avanza, se puede ver toda la superficie masticatoria del molar. Y poco a poco irá alcanzando la altura oclusal que le permitirá contactar con su antagonista.
Problemas en la erupción de las muelas de los 6 años
Aunque no es lo más habitual, debes saber que algunos pequeños sí presentan algunas molestias asociadas a la salida de las muelas de los 6 años. La inflamación de la encía y el dolor en la zona, de cabeza o de oídos, son algunos de los síntomas que se pueden presentar durante la erupción.
Hay niños que presentan incomodidad en la zona unas semanas antes de que comience la erupción. También puede aparecer un pequeño oscurecimiento de la región, como un hematoma, que desaparece a medida que la muela se abre paso en la boca.
La salida del nuevo elemento también puede ocasionar complicaciones a la hora de masticar y comer. El trauma de las mejillas al morderlas de manera accidental puede generar llagas en las mucosas.
Una complicación del proceso eruptivo puede ser la infección. Si aparece mal aliento, sale pus de alrededor del molar, la encía se hincha, duele o el niño presenta fiebre, es necesario acudir al odontopediatra.