Síntomas de la meningitis en bebés
Los bebés de menos de 1 mes son quienes están en mayor riesgo de padecer cuadros graves de meningitis. Aunque los síntomas puede pasar desapercibidos, su diagnóstico temprano salva vidas y disminuye las secuelas.
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La meningitis en bebés es una infección poco común, pero peligrosa. Sobre cuando se trata de niños muy pequeños, comos lo son los neonatos, hasta el mes de vida. Es causada por gérmenes que pueden ser virus, bacterias u hongos.
Puede presentar complicaciones a largo plazo, aunque se resuelva de manera satisfactoria en un inicio. Los pequeños sufren, a largo plazo, dificultades de aprendizaje y problemas de visión, por lo que resulta esencial su diagnóstico inmediato.
¿Cómo reconocer, entonces, los síntomas de meningitis en bebés? ¿Qué debemos hacer si sospechamos un cuadro en un niño pequeño? Sigue leyendo y lo descubrirás.
¿Qué es la meningitis?
La meningitis se trata de una infección que ocasiona inflamación de las delicadas membranas que protegen el cerebro y la médula espinal, las cuales son llamadas meninges. Un bebé puede contraer meningitis cuando bacterias, virus u hongos que infectan otra parte de su cuerpo, viajan por el torrente sanguíneo hacia su cerebro y médula espinal.
Entre los gérmenes causantes, los virus son los más frecuentes, y a su vez los que tienden a generar un cuadro menos grave y con menor posibilidades de secuelas a largo plazo. Por otro lado, las bacterias, si bien son menos habituales, presentan en proporción mayor gravedad y consecuencias futuras permanentes.
En este sentido, tener la vacunación completa y al día es una forma de prevenir la infección, y también los problemas venideros que puede traer la meningitis en los bebés. Dentro de las secuelas, se han descrito las siguientes:
- Dificultades en el aprendizaje y desarrollo
- Problemas de visión, hasta ceguera
- Convulsiones
- Daño cerebral
- Hidrocefalia
Los bebés presentan un riesgo mayor de contraer meningitis, en comparación con los niños mayores. A su vez, los menores de 2 meses de edad tienen una probabilidad más elevada de contagiarse, según los Centers for disease, control and prevention (CDC). Esto revela que la edad juega un papel fundamental en la gravedad.
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Síntomas de la meningitis en bebés
La meningitis en bebés puede evolucionar a formas grave de manera rápida, sobre todo si es causada por bacterias. Por este motivo, es esencial conocer sus síntomas y buscar atención médica de inmediato si hay sospecha de la misma.
Los síntomas de la meningitis bacteriana aparecen súbitos, durante un período de horas, con poco escalonamiento entre un signo y el siguiente. En cambio, con la meningitis viral es distinto, ya que los síntomas pueden aparecer con el correr de los días.
En un principio, puede no haber alarma, ya que cierta sintomatología se confunde con estados habituales de la edad pediátrica. Hay bebés que parecen irritables por un enojo, con llanto inconsolable a pesar de encontrarse en los brazos de un adulto, y menos activos o enérgicos de lo habitual.
También sucede que se le ofrece dormir o comer, y no hay una respuesta adecuada. O al contrario, el niño duerme demasiado, como si tuviese un sueño constante, con dificultad para despertarse, a pesar de ruidos y llamados.
Signos habituales
Los síntomas más comunes de meningitis en bebés no son excluyentes, es decir que pueden aparecer solapados unos con otros. Los que te contamos aquí no son la totalidad, pero sí los más relevantes.
La fontanela abultada es el aumento de la presión de las partes blanda de la cabeza del bebé. Lo normal es que dichas estructuras tengan una tensión normal, pero que no sobresalgan hacia fuera de los límites. Con el llanto y los vómitos, que también son signos de meningitis pediátrica, el abultamiento es mayor.
La fiebre no está siempre, aunque cuando aparece orienta bastante el diagnóstico. Los menores de 3 meses pueden no presentarla, ya que su sistema de regulación de la temperatura es aún inmaduro. Por otro lado, pueden tener escalofríos, que sí son indicativos.
La rigidez en el cuello o el mantenimiento de la cabeza inclinada hacia atrás es una de las señales clásicas. La nuca se torna dura y cuesta movilizar esa zona. Además, a la palpación se percibe la dureza muscular instalada allí.
El bebé con meningitis tiene un llanto incontrolable que se traduce en irritabilidad. Puede ser una queja por los dolores o por la fiebre, y hasta quizás por los procesos neurológicos que lleva adelante el cerebro bajo la presión de la inflamación de las meninges. Sea como fuere, ese estado les impide alimentarse de manera correcta y conciliar el sueño.
Los vómitos persistentes se suman al problema de la alimentación. Si no se resuelven con premura, el paso siguiente es la deshidratación, ya que estamos ante un pequeño que no se alimenta y que pierde electrolitos sin reponerlos.
La fotofobia puede resultar complicada de detectar, pero aparece como respuesta irritativa. Una luz directa sobre la vista del bebé lo irrita más y exacerba su llanto. Eso se combina con confusión y, en casos puntuales, es el gatillo para las convulsiones.
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¿Qué hacer ante la sospecha de meningitis en bebés?
Si un bebé tiene fiebre, parece enfermo, se presenta irritable y no se alimenta, se sugiere atención médica de inmediato. Por regla general, en los niños más pequeños no debe demorarse la consulta, ya que muchos cuadros evolucionan hacia un estado de gravedad de manera rápida.
Además, cuanto menos edad tenga el bebé, los síntomas de gravedad tienden a parecer menos alarmantes que en los mayores. No se los deben minimizar, sino que al contrario, el diagnóstico y tratamiento oportunos ayudarán a garantizar un mejor resultado en la evolución de la enfermedad.