Síntomas y diagnóstico de la insuficiencia renal crónica
La insuficiencia renal crónica produce hipertensión arterial, cansancio, anemia y falta de apetito. Te explicamos el resto de los síntomas y cómo se diagnostica esta enfermedad.
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La insuficiencia renal crónica consiste en que, de manera gradual, los riñones dejan de funcionar de manera correcta. Estos órganos son esenciales, ya que se encargan de filtrar la sangre y excretar las sustancias de desecho por la orina.
Además, también cumplen funciones hormonales, electrolíticas y metabólicas. Por ello, cuando esta enfermedad avanza y la función se pierde de manera irreversible, es una situación incompatible con la vida si no se instaura un tratamiento.
Al comienzo suele ser asintomática, por lo que llegar al diagnóstico puede resultar complejo. En este artículo te explicamos todos los síntomas que aparecen y cómo se diagnostica la insuficiencia renal crónica.
Síntomas de la insuficiencia renal crónica
La insuficiencia renal crónica es una enfermedad que produce una gran diversidad de manifestaciones. Esto se debe a que, tal y como hemos señalado, los riñones cumplen numerosas funciones en el organismo.
Algunos de los síntomas más frecuentes son la anorexia (pérdida del apetito), las náuseas y los vómitos. Según un estudio publicado en la Revista de nefrología, estos signos están causados por el aumento de urea en la sangre. Por desgracia, puede persistir hasta con el tratamiento, incrementando el riesgo de desnutrición.
La hipertensión arterial, la fatiga y los problemas para dormir son otras manifestaciones comunes. Cuando los riñones no funcionan se produce una retención de líquidos general. Esto provoca sensación de falta de aire, hinchazón de las piernas y dolor en el pecho.
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Alteraciones electrolíticas
Estas alteraciones suelen aparecer cuando los riñones ya están muy dañados. Los electrolitos que más se suelen afectar son el bicarbonato, el sodio y el potasio. El potasio tiende a aumentar en la sangre, lo cual da lugar a alteraciones del ritmo cardíaco.
El bicarbonato es esencial para regular los niveles de acidez interna del organismo. Cuando se llega a la insuficiencia renal crónica avanzada, se produce una acidosis metabólica.
Manifestaciones cardiovasculares de la insuficiencia renal crónica
En un artículo de Anales de cirugía cardíaca y vascular mencionan que la insuficiencia renal comparte numerosos factores de riesgo con la enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, la edad avanzada, el tabaquismo y la dislipemia.
Los niveles altos de urea en sangre provocan una aceleración del proceso de aterosclerosis. Esto consiste en la formación de placas de colesterol en los vasos sanguíneos que impiden que el flujo de sangre sea adecuado. De ahí que haya mayor riesgo de sufrir cardiopatía isquémica e insuficiencia cardíaca, entre otros problemas.
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Alteraciones hematológicas
La anemia es uno de los síntomas más tempranos de esta enfermedad. De hecho, a medida que la insuficiencia renal crónica progresa, también empeora este trastorno. Está causada por el déficit de eritropoyetina, una sustancia que se sintetiza en los riñones y que estimula la formación de glóbulos rojos.
Alteraciones osteomusculares por la insuficiencia renal crónica
La osteodistrofia renal es el término que se utiliza para hacer referencia a todos los síntomas esqueléticos secundarios a la enfermedad renal. Es frecuente que haya deformidades en algunos huesos, como los dedos, o que haya más fracturas. El dolor del tejido óseo está presente en gran parte de los pacientes.
Cambios hormonales
Tanto en los hombres como en las mujeres se producen alteraciones de carácter sexual. Según la Clínica de la Universidad de Navarra, el sexo femenino tiende a sufrir alteraciones en la menstruación. Los varones, por su parte, padecen impotencia y disminución en el número de espermatozoides.
Consecuencias en la piel
La insuficiencia renal crónica también causa cambios en la piel. De hecho, aparecen a consecuencia del tratamiento de hemodiálisis. Por ejemplo, es frecuente que haya picor, sequedad y alteraciones en el cabello. La anemia también provoca palidez de la piel.
¿Cómo se diagnostica la insuficiencia renal crónica?
Los síntomas pueden aparecer cuando la enfermedad ya está avanzada. Por ello, es importante llevar a cabo una serie de pruebas que permitan el diagnóstico precoz de la insuficiencia.
En primer lugar, se debe realizar un análisis de sangre que muestre los niveles de creatinina y urea. Son dos indicadores de la función renal. También se realizan análisis de orina, al igual que se suele cuantificar el volumen expulsado en un día completo.
Las pruebas de imagen, como la ecografía o la resonancia magnética pueden complementar el diagnóstico. Los riñones tienden a disminuir de tamaño, al igual que se reduce la cantidad de orina excretada. Esto puede registrarse mediante imagenología.
Una enfermedad compleja
La insuficiencia renal crónica es una enfermedad compleja que debe ser tratada de la manera más eficaz posible, según los recursos con los que se cuente. La hemodiálisis suele ser la técnica de elección. Es importante tener en cuenta que influye sobre muchos aspectos del organismo.
Del mismo modo, hay ciertas situaciones que aumentan el riesgo que supone esta enfermedad, como por ejemplo fumar. Con el tabaquismo se incrementan las posibilidades de complicaciones tanto cardiovasculares como renales, por lo que es uno de los aspectos esenciales a tener en cuenta.
Las recomendaciones de cuidado y abordaje de los nefrólogos para los pacientes con insuficiencia renal son ineludibles. La calidad vital depende del respeto de dichas indicaciones y del acatamiento de rutinas específicas de dieta y estilo de vida.