Tipos de glaucoma
El glaucoma es una enfermedad ocular que tiene diferentes tipos de presentación. Aunque de manera coloquial se la asocie a la hipertensión del ojo, lo cierto es que existen formas en las cuales la presión del ojo se encuentra en valores normales.
En sí, todos los tipos de glaucoma son crónicos y degenerativos. Esto quiere decir que evolucionarán si no se interviene, y culminarán con el daño del nervio óptico. El peor resultado del proceso es la ceguera por destrucción del sistema que capta las imágenes y envía la información al cerebro.
Diagnóstico del glaucoma
Uno de los problemas para diagnosticar el glaucoma temprano es que no tiene signos evidentes al inicio. La persona puede pasar años desarrollando hipertensión ocular sin enterarse en absoluto.
Para confirmar esta condición se necesita medir la presión intraocular. Esto es un procedimiento que realiza el oftalmólogo con la aparatología acorde. Si bien se indica la medición cuando hay síntomas, también puede realizarse como rutina en ciertos pacientes de riesgo que todavía no tienen la enfermedad.
Factores de riesgo para todos los tipos de glaucoma
Hay personas que tienen más riesgo de desarrollar cualquier tipo de glaucoma. En estos pacientes es preciso estar atentos a los signos iniciales, así como realizar alguna medición de presión intraocular en el transcurso de su adultez.
Una cuestión fundamental es que el riesgo aumenta con la edad. Los adultos mayores de 40 años incrementan, de manera gradual, la posibilidad de padecer la enfermedad a medida que envejecen.
Asimismo, los antecedentes familiares son un indicativo. Si un padre ha tenido glaucoma de cualquier tipo, es probable que alguno de sus hijos también lo sufra. No en la infancia, pero sí cuando crezca y se haga adulto.
La asociación con otras enfermedades de la vista no es menor. Ser miope es un factor de riesgo para glaucoma. Se calcula que los pacientes con miopía padecen el doble de riesgo de aumentar su presión intraocular que el resto de la población.
Tipos de glaucoma más frecuentes
Tal y como lo informan en National Eye Institute, hay 4 tipos de glaucoma comunes. Se clasifican por la forma en que se obstruye el drenaje del líquido del globo ocular y por el momento de presentación.
Glaucoma de ángulo abierto
Este es el tipo de glaucoma más prevalente en el mundo. Lo que sucede es que se obstruyen los pequeños drenajes que posee el ojo para evacuar el líquido interno. Entonces, ante la acumulación que no puede salir, la presión intraocular se incrementa.
Su progresión es muy lenta, crónica y degenerativa. Los pacientes tienden a descubrirlo tarde, cuando ya se concretó parte del daño. Debido a esto, a menudo se le llama la ceguera silenciosa.
El tratamiento oscila entre medicamentos y cirugía. También dentro del plano quirúrgico hay diversas modalidades de abordaje, que serán definidas por el oftalmólogo tratante.
Glaucoma de ángulo cerrado
El tipo de glaucoma de ángulo cerrado es mucho menos frecuente que el de ángulo abierto. Además, tiende a desarrollar los síntomas de forma más aguda y más notoria que el otro.
La denominación de ángulo cerrado responde a la medición que se realiza del ángulo que forman el iris y la córnea. En este caso, ese valor es menor al considerado normal y justamente la anatomía alterada es la que bloquea los drenajes naturales del líquido del ojo.
La atención médica para este trastorno debe ser rápida. Otorga menos tiempo de acción que el glaucoma de ángulo abierto y las consecuencias pueden ser más graves si no se actúa con premura.
Glaucoma de tensión normal
Este tipo de glaucoma es el más raro. Cuando el oftalmólogo mide la presión intraocular del paciente, la misma se encuentra en valores normales o incluso hasta bajos.
Pero el daño al nervio óptico y la degeneración están allí, al igual que en el resto de las variedades. No se sabe a ciencia cierta la causa de este tipo de glaucoma y el tratamiento es difícil.
Glaucoma congénito
La variedad congénita de la enfermedad aparece porque el bebé nace con una anomalía en el ángulo del iris y la córnea, lo cual impide el desarrollo normal de los canales de drenaje del líquido intraocular. Entonces, desde el inicio de la vida, el ojo aumenta la presión interna.
La solución que se aplica en la actualidad es una cirugía temprana, con el niño pequeño. De esta manera, se evitan complicaciones futuras que pueden ser graves.
Todos los tipos de glaucoma son de cuidado
Aunque diversos, cada tipo de glaucoma encierra gravedad. Si presentamos síntomas de pérdida de la visión, no deberíamos demorar la consulta con un oftalmólogo.
El profesional nos medirá la presión intraocular y realizará algunos procedimientos más para evaluar la vitalidad de la retina y el nervio óptico. Si detecta una alteración, nos sugerirá el uso de medicamentos y, de ser necesario, una cirugía correctiva.