La Altagracia. República Dominicana. Radiografía Al Día.- La Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia en la provincia de La Altagracia ha emitido una condena ejemplar tras una serie de fallos que han impactado a médicos y centros clínicos en las últimas semanas. En esta ocasión, el Dr. Ramón Antonio Saldaña, reconocido ortopeda y traumatólogo, ha sido condenado al pago de RD$ 300,000.00 a favor del Sr. Ofelio Carpio Calderón.
El caso surge a raíz de una cirugía realizada por el Dr. Saldaña para extirpar un clavo incrustado en el fémur izquierdo del Sr. Carpio Calderón, que había permanecido allí durante 29 años. Sin embargo, la operación, que se extendió por casi dos horas, resultó fallida. El Dr. Saldaña informó al paciente al día siguiente de la cirugía: “Duramos mucho para extraer el hierro, pero no pudimos”, según reportes de NDigital.
La sentencia del tribunal determinó que la práctica médica no culminó de manera esperada, lo que provocó daños y perjuicios al paciente. Aunque se había informado al paciente sobre posibles complicaciones, el tribunal consideró que no se le había advertido adecuadamente sobre la posibilidad de una extracción fallida.
El Sr. Carpio Calderón experimentó dolores en la pierna y la cadera, así como trastornos psicológicos y nerviosos que le impidieron continuar con su trabajo. La sentencia estableció que el Dr. Saldaña era responsable de garantizar que el paciente comprendiera los riesgos del procedimiento, lo cual no se cumplió en este caso.
El médico explicó que durante la operación, junto con sus colegas, determinaron que los riesgos de la extracción superaban los beneficios, ya que podrían provocar fracturas y lesiones irreversibles en la cadera del paciente.
La sentencia, emitida el 29 de agosto de 2017, se basó en los artículos 1382 y 1383 del Código Civil, que establecen la responsabilidad por daños causados por negligencia o imprudencia.
Este caso resalta la importancia de una comunicación clara y completa entre médicos y pacientes, así como la necesidad de garantizar estándares de práctica médica adecuados.