¿Qué es la carga viral?
La carga viral es un concepto bioquímico e infectológico fundamental para valorar la evolución de las enfermedades. Gracias a este estudio se lograron avances en el control de patologías como el SIDA o el coronavirus. Te explicamos de qué se trata en este artículo.
Hablamos de carga viral para referirnos a una técnica de la bioquímica que se emplea para saber qué cantidad de un virus hay en el cuerpo. Este dato es muy importante para especialidades como la infectología.
Gracias a los valores de carga viral un médico puede entender si su plan terapéutico funciona o no en un paciente con enfermedades causadas por virus. De ahí el uso difundido que ha tenido la técnica en el mundo.
La patología por excelencia que se vale de la carga viral es el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). También la hepatitis C, por ejemplo, como otra condición crónica desatada por virus. Sin embargo, las enfermedades virales agudas también requieren esta medición en algunos casos, como puede ser el coronavirus del actual brote mundial.
Los inmunosuprimidos, por su vulnerabilidad, también son candidatos a la prueba con frecuencia. Conocer la carga viral permite detectar a tiempo infecciones incipientes que pondrían en riesgo la salud del paciente.
En definitiva, nos referimos a la carga viral como la prueba para saber cuánto virus hay en un fluido corporal. Es una estimación y no tiene exactitud, pero se informa en cantidad de partículas virales por milímetro del fluido, por ejemplo, de sangre.
La carga viral a lo largo de una infección
En todas las infecciones virales, el circuito de propagación del virus dentro del cuerpo es similar. Puede variar la célula que es atacada en un inicio, pero el mecanismo tiende a repetirse.
Un virus ingresa en el ser humano, busca la célula objetivo, la penetra y emplea su metabolismo para crear más copias de sí mismo. Las partículas virales se multiplican, el sistema inmune pretende defenderse del ataque y comienza la batalla interna. Al mismo tiempo, el virus continúa infectando células y destruyendo las que ya empleó.
En algún punto de la batalla se alcanza equilibrio y luego ese equilibrio se vuelca a favor de uno o del otro. Si el sistema inmune combate con éxito al virus, el cuerpo se recupera de la enfermedad, con la posibilidad de que quede alguna secuela. Si el virus es más competente, sobrevivirá al ataque y podrá provocar, incluso, la muerte.
Lo que mide la carga viral es cuántas copias hay, en un determinado momento, de ese virus. Si la carga viral es un número elevado, significa que el período de la infección está muy activo, con las partículas multiplicándose.
Se asume que los momentos de carga viral elevada son los períodos más contagiosos, ya que al haber más copias de las partículas, mayor es la posibilidad de expansión. También hay una relación entre los síntomas que tiene el paciente y esa cantidad de copias en la sangre.
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El uso de la PCR para determinar carga viral
La técnica que más se utiliza en los laboratorios para determinar una carga viral de un paciente es la PCR. Estas siglas significan ‘reacción en cadena de la polimerasa’.
La PCR permite tomar una porción de ADN o ARN muy pequeño y multiplicarlo para medirlo. Básicamente, la prueba replica la información genética para tener un volumen mayor que haga posible la medición.
Este método data de 1986 y rápidamente se hizo famoso. Hoy por hoy, casi todos los países cuentan con infraestructura para realizar variadas PCR a una velocidad muy aceptable.
La reacción en cadena de la polimerasa no solo se emplea para cuantificar carga viral, sino que también tiene usos muy distintos, como la medicina forense, por ejemplo. La posibilidad de obtener grandes copias de ADN, a partir de un fragmento pequeño, estimula su utilización en campos de la medicina que exceden la microbiología.
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¿Para qué sirve conocer cargas virales?
Ya que la enfermedad de COVID-19 es el tema de las noticias actuales, podemos emplearla como ejemplo para valorar una de las utilidades de la carga viral. Otra de las enfermedades muy beneficiada con la técnica ha sido el SIDA.
Según estudios científicos, el pico de carga viral en la infección por coronavirus sucede a los 5-6 días de haberse infectado el paciente. Esto alerta sobre el contagio, sobre todo de los sanitarios, ya que en ese momento es muy probable que el paciente vaya a urgencias o se encuentre hospitalizado.
Del mismo modo, se sabe que los niños, aunque favorecidos por la benignidad de la enfermedad en ellos, tienen altas cargas virales. Por ello se los identifica como grandes portadores y transmisores del SARS-CoV-2.
En el SIDA, con los resultados en mano de cargas virales, el infectólogo define qué antivirales debe tomar el paciente, qué dosis y cuánto tiempo. Del mismo modo, evalúa si un tratamiento previo ha hecho efecto o no. El objetivo, por supuesto, es bajar la carga viral hasta los valores que los protocolos indican como seguros.
Una técnica beneficiosa
En conclusión, la carga viral es una técnica de laboratorio que ha venido para quedarse. Es relativamente joven en el campo de estudio, pero sus utilidades ya están más que probadas. Mientras mayor sea su difusión en el mundo, mejor será el control de enfermedades infecciosas como el VIH o el coronavirus, por ejemplo.