¿Quiénes padecen más efectos secundarios de los medicamentos, los hombres o las mujeres?
No fue hasta comienzos de los años 90 cuando la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU (FDA por sus siglas en inglés) comenzó a recomendar que las mujeres participaran en ensayos de medicamentos.
Hasta entonces la participación femenina era bastante baja por diferentes motivos como el temor a que los cambios hormonales como consecuencia de la menopausia o el ciclo menstrual pudieran complicar o distorsionar el estudio, o la posibilidad de que la mujer se quedara embarazada al tiempo que participaba en el estudio.
Para conocer más sobre fármacos y género, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han indagado en el campo del reposicionamiento de medicamentos bajo una perspectiva de género con el fin de comprobar si hay diferencias en el número de efectos secundarios que sufren hombres y mujeres.
El reposicionamiento de fármacos es una técnica novedosa que consiste en que un medicamento que ya está indicado para tratar una o varias enfermedades, se utilice para otra patología que no tiene tratamiento o en la que puede ser más efectivo que los que existen.
“La idea del estudio surgió hablando con la profesora Aurora Pérez porque nos dimos cuenta de que en la parte de reposicionamento de fármacos no se había aplicado el concepto del género hasta el momento y nos llamó bastante la atención”, asegura la investigadora y primera autora del estudio, Belén Otero.
La doctora Otero es investigadora del Centro de Tecnología Biomédica (CTB), adscrito a la UPM. Actualmente se encuentra en Boston (EE.UU), en la Universidad de Harvard, haciendo una estancia de investigación, desde donde conversa con EFEsalud sobre este estudio que se engloba dentro del proyecto DISNET, que dirige el catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la UPM, Alejandro Rodríguez, y la profesora del mismo centro Aurora Pérez.
La variable del género: mujeres y medicamentos
La tesis doctoral en la que trabaja Otero aborda el reposicionamiento de fármacos en las enfermedades raras, con lo que consideró que sería buena idea aplicar la perspectiva de género por la poca investigación que había al respecto y así poder profundizar más en esta materia.
“Buscamos en la literatura científica casos exitosos de reposicionamiento de fármacos. Cuando tuvimos este listado de fármacos, comprobamos si el número de efectos adversos que producían era mayor en hombres o en mujeres”, abunda la investigadora.
Con esa información del número de efectos adversos en un género o en otro, los investigadores comprobaron qué enfermedades se estaban tratando con ese fármaco, teniendo en cuenta una mayor prevalencia por género.
“Se tuvo en cuenta la prevalencia de la enfermedad por género porque, si una enfermedad es más común en uno de los géneros y se está utilizando un fármaco reposicionado concreto para tratarla, se puede pensar que se registra un mayor número de efectos adversos en ese género porque hay más personas de ese género que lo toman”, explica.
Cuando los investigadores encontraron casos en los que ocurría lo contrario, es decir, que los efectos secundarios eran mayores en un género, pero la prevalencia de la patología era superior en el otro, seleccionaron esos casos para su estudio porque, tal y como dice Otero, “es ahí donde estaba sucediendo algo”.
Las conclusiones
Al extraer el conjunto de datos finales en los que ocurría esto, los investigadores vieron, sacando diferentes estadísticas, que eran las mujeres las que parecían presentar un mayor número de efectos secundarios por los fármacos, a pesar de que la prevalencia de las enfermedades para los que estaban indicados era mayor en hombres.
Los resultados del estudio por el momento no se pueden extrapolar a todos los medicamentos, solo a los estudiados en la investigación y mediante el análisis de determinadas fuentes.