ATENCIÓN: ¿Qué es la condromalacia rótula?
La condromalacia rótula es una afección que se presenta con relativa frecuencia en los adultos o adolescentes jóvenes que practican deportes o en las personas mayores que sufren alguna enfermedad degenerativa como la artrosis.
La condromalacia rótula es una de las afecciones más comunes de la rodilla. Hay que recordar que esta articulación es muy propensa a las lesiones, ya que soporta buena parte del peso del cuerpo. Adicionalmente, hay otros factores de riesgo como la edad, el sobrepeso, la mala práctica deportiva, etc.
Hay que anotar que la condromalacia rótula es un padecimiento relativamente frecuente entre los adultos jóvenes. Tiene particular incidencia entre quienes practican fútbol, baloncesto, voleybol, tenis, ciclismo, karate, remo, rugby, atletismo o ballet. Los alpinistas también son propensos a padecerla.
Hay un debate en torno al uso del término condromalacia rótula. La palabra condromalacia alude al reblandecimiento del cartílago de la rodilla. Sin embargo, esta palabra comenzó a emplearse para diagnosticar a todo aquel que presentara dolor en esa articulación.
Actualmente, se piensa que es más exacto hablar de síndrome patelofemoral y no de condromalacia rótula, cuando se desconoce la causa exacta del dolor en la rodilla. Sin embargo, el término es aceptable médicamente. A veces, también se le llama condromalacia rotuliana.
¿Qué es la condromalacia rótula?
La rótula o patela es un hueso plano, que se ubica en la cara anterior de la rodilla. Se articula con el fémur y su función principal es la de proteger y facilitar el deslizamiento de la articulación. La condromalacia rótula es una afección de tipo degenerativo que afecta el cartílago ubicado en la superficie articular de la rótula.
Cuando tiene lugar esta afección, el hueso queda expuesto al roce directo, debido al movimiento articular. En la mayoría de los casos, esto obedece al reblandecimiento del cartílago, lo que provoca dolor en la cara anterior de la rodilla.
El cartílago actúa como un amortiguador en las articulaciones. Está compuesto por un 90 % de agua y un 10 % de células. Esto le permite soportar la energía de los impactos. Cuando hay condromalacia rótula es porque el cartílago ha cambiado su estructura, de esta forma deja de ser una superficie lisa y se vuelve rugosa y gris.
El cartílago entonces se vuelve más delgado e irregular. A veces tiene fisuras e incluso roturas. En esos casos, la rodilla produce algunos chasquidos y sonidos al realizar algunos movimientos. También se produce un fuerte dolor.
Causas del problema
La principal causa de la condromalacia rotuliana son los traumatismos repetidos en la rodilla. En otras palabras, movimientos repetidos que generan compresión en el cartílago. Es por eso que algunos deportistas están más expuestos a este padecimiento.
Así mismo, el problema puede obedecer a otros factores como:
- Problemas anatómicos de desalineación de la rodilla o mala colocación de la rótula.
- Golpes muy fuertes en la rodilla. Especialmente caídas sobre una rodilla flexionada, impactos contra un objeto o accidente de tránsito.
- Marcha inadecuada. Se deriva de una anomalía en los pies o las piernas, o por el uso de tacones altos.
- Dislocación o fractura de rodilla previa.
- Sobrepeso.
- Atrofia o debilidad muscular.
- Desigualdad en la longitud de las piernas.
- Curva prominente en la columna vertebral.
Características
Lo usual es que el dolor aparezca al momento de realizar una actividad física. Dicho dolor aumenta cuando el paciente corre sobre superficies muy duras, o al subir y bajar escaleras. También cuando permanece mucho tiempo con las rodillas flexionadas, caso en el cual experimenta una rigidez adicional.
Al realizar la flexoextensión de la rodilla, es habitual que se produzcan los chasquidos característicos de la condromalacia rótula. Con el tiempo, esta anomalía incide sobre la fortaleza de los músculos de las piernas y sobre la marcha.
De acuerdo con la evolución de esta condición, existen diversos niveles de gravedad. Estos son:
- Grado 1. El cartílago presenta reblandecimiento y hay presencia de edema.
- Grado 2. Las imágenes diagnósticas revelan que el cartílago presenta fibrilación. Aparece como si estuviera “deshilachado”.
- Grado 3. El cartílago presenta fisuras, algunas de las cuales son muy pronunciadas y alcanzan las capas más profundas.
- Grado 4. Hay ulceración. La condición del grado 3 aparece más evidente y agravada.
- Grado 5. Hay eburnación, es decir, un aumento patológico de la densidad del cartílago. Esto es un efecto del agravamiento de la ulceración, que termina afectando al hueso subcondrial.