Demencia vascular, ¿en qué consiste?
La demencia vascular es el segundo tipo de demencia más frecuente, después de la enfermedad de alzheimer. Supone entre el 10 y el 20% de los casos.
Como todas las demencias, consiste en un deterioro cognitivo. Esto se refiere a la pérdida o empeoramiento de algunas facultades mentales, como la memoria, la razón o la conducta.
La demencia vascular se produce por lesiones cerebrales debidas a una enfermedad cerebrovascular. Lo que ocurre es que ciertas zonas del cerebro no obtienen el riego sanguíneo suficiente y acaban por lesionarse. En este artículo te explicamos por qué se produce, sus síntomas y su tratamiento.
¿En qué consiste la demencia vascular?
Para poder diagnosticar la demencia vascular, deben cumplirse unos requisitos básicos. En primer lugar,los criterios de demencia. Como hemos mencionado antes, se basan en un deterioro de las facultades mentales. Para medirlo, los médicos utilizan diferentes pruebas y cuestionarios.
Por otra parte,debe haber evidencia de una enfermedad cerebrovascular. Puede observarse por antecedentes de algún problema vascular o por signos en la exploración física.
También se utilizan técnicas como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, para observar las posibles lesiones cerebrales.
Un accidente cerebrovascular puede producir demencia vascular, pero no siempre ocurre. De hecho, también puede ocurrir por otros trastornos que afecten a los vasos sanguíneos. Cualquier patología que disminuya el riego cerebral, como la aterosclerosis, puede producirla.
Por todo esto, podemos identificar ciertos factores de riesgo. Padecerdiabetes, hipertensión, tener el colesterol alto o fumar son situaciones que aumentan el riesgo de demencia vascular. De esta manera, controlar estos factores puede disminuir su incidencia.
Síntomas
Los síntomas de la demencia vascular varían según la parte del cerebro donde se reduce el flujo sanguíneo. Son similares a otros tipos de demencia.
En primer lugar,la persona puede sentirse desorientada y con dificultad para concentrarse. También disminuye la capacidad de organizar los pensamientos. Uno de los síntomas más alarmantes es la pérdida de memoria.
Otros síntomas comunes son:
- Marcha inestable.
- Incapacidad para controlar la orina.
- Dificultad para realizar tareas que solían ser fáciles.
- Problemas con el lenguaje.
- Cambios de ánimo o de personalidad.
- Pérdida de habilidades sociales.
- Depresión.
- Alteraciones del sueño.
- Son posibles las alucinaciones o delirios.
Los síntomas pueden ser más obvios y repentinos cuando suceden a raíz de un accidente cerebrovascular. En otras ocasiones, los síntomas pueden agravarse en pasos evidentes. Esto suele permitir el diagnóstico diferencial con el alzheimer, que suele ser gradual.
Sin embargo, también puede desarrollarse de manera sutil y gradual. A medida que la enfermedad avanza, los síntomas se hacen más obvios y graves. La persona que sufre demencia vascular acaba por ser incapaz de cuidarse a sí misma.
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¿Cómo prevenir la demencia vascular?
Proteger la salud de los vasos sanguíneos es esencial. Como hemos mencionado antes, mantener una presión arterial adecuada debe de ser una de las primeras medidas. Además, debemos controlar o evitar la diabetes. Es conveniente mantener una buena alimentación y realizar ejercicio.
Por otro lado, es primordial dejar de fumar. El tabaco es muy perjudicial para los vasos sanguíneos. Del mismo modo, debemos mantener el colesterol en unos niveles adecuados, ya que puede ayudar a reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares. Por eso la dieta es tan importante.
Es muy importante prestarle atención a estas medidas de prevención, ya que no hay ningún tratamiento efectivo una vez establecida la demencia vascular. El tratamiento se suele centrar en el control de los factores de riesgo.
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¿Cómo se diagnostica la demencia vascular?
El diagnóstico se obtiene por la probabilidad de que los síntomas estén causados por algún problema vascular. Dicha probabilidad aumenta según los antecedentes personales de accidente cerebrovascular y, también, si has tenido algún otro trastorno del corazón o de los vasos.
Para orientar el diagnóstico, también se realizan análisis de sangre. En ellos se prestará atención al colesterol, los niveles de azúcar, la anemia, etcétera. También se realizan pruebas de imagen y ecografías de las arterias carótidaspara conocer su estado.
Además,las pruebas neuropsicológicas ayudan a distinguir entre los tipos de demencia. Evalúan la capacidad de hablar, escribir y trabajar con números, entre otras.
Las personas con demencia vascular suelen tener más dificultad al analizar un problema. Sin embargo, tienen menos dificultad aprendiendo y recordando información, al contrario de los que sufren de Alzheimer.
En conclusión
Para evitar la demencia vascular es muy importante llevar un estilo de vida saludable. Cuidar la alimentación y hacer ejercicio son dos pilares básicos. Sin embargo, si, pese a eso, percibes algún síntoma de alerta, no dudes en acudir al médico cuanto antes.