Estas partes del cuerpo son propensas a dejar entrar una infección al organismo y esto es lo que debemos hacer para evitarlo
Cuidarnos mente y cuerpo es la principal medida de prevención ante enfermedades. Hay que comenzar por lo más sencillo, conocer a fondo cuáles son los puntos esenciales en los que debemos enfocarnos. Si bien, hay partes del cuerpo que no deben limpiarse tan frecuentemente, hay otras que son las vías ideales para que bacterias, hongos y otros microorganismos perjudiquen nuestra salud y puedan ocasionar una infección.
Tres años después de haberse declarado la pandemia por Covid-19, aún hay gente que se pregunta por qué una de las recomendaciones preventivas era no tocarnos el rostro. Y es que en la cara, tenemos algunos de los puntos más propensos a dejar entrar una infección al organismo.
Para comenzar hablemos de la piel. Sin poner mucha atención a su cuidado, creemos que es resistente, eterna, que con solo un hidratante y un poco de protector solar estamos haciendo suficiente, pero hay hábitos que pueden generar pequeños canales de infección que pueden complicarse. Uno de ellos es el afeitado y todo procedimiento que implique un abordaje agresivo de la capa más externa de la piel, como el dermaplaning, e incluso el microneedling, que es el uso de nano agujas que perforan la piel con el fin de activar los mecanismos de reparación de la piel.
La cosmetólogo Johana Méndez, explica que las dos técnicas tienen ventajas pero deben hacerse con la piel muy limpia, sin condiciones como irritación o acné y, sobre todo, comprender que en manos de expertos podemos ahorrarnos muchos problemas como infecciones o irritaciones.
La capa superior de la piel es la capa protectora, también allí se aloja la flora bacteriana que es simbiótica con la piel y, además, esta es nuestra primera línea de defensa. Al eliminarla, la dejamos expuesta mientras las células hacen su trabajo de reparación. De manera, lo más acertado es consultar con el especialista antes de recurrir a cualquier procedimiento de este tipo.
Asimismo, es obvio que cuando tenemos la piel irritada, acné, o cualquier tipo de lesión y la tocamos con nuestras manos corremos el riesgo de infectarla traspasando la suciedad que tengamos en los dedos al rostro y ese justo es el principio por el cual los médicos han recomendado por años no tocarnos la cara. Lo hacemos demasiado.