Piel atópica: ¿qué es y cuáles son sus causas?
La piel atópica, también llamada dermatitis atópica,es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel. Se caracteriza porque produce mucho picor y enrojecimiento dermatológico. Además, es una patología que sucede en brotes y que, por ejemplo, tiende a empeorar durante el invierno.
La piel atópica es un trastorno bastante frecuente. Se estima que afecta en torno a un 20% de los niños, y más o menos a un 3% de los adultos. En las últimas décadas, la incidencia de esta patología ha crecido notablemente.
Parece que este aumento está relacionado con la contaminación y el estilo de vida que llevamos, ya que el estrés es uno de sus agravantes. Por ello, en este artículo te explicamos en qué consiste, por qué se produce y qué hacer si la padeces.
¿Qué es la piel atópica?
Como ya hemos mencionado, es una enfermedad inflamatoria de la piel.Lo que sucede de base es una sequedad en la dermis y epidermis, lo que provoca picor y molestias. Al rascarse, la piel se irrita con mucha facilidad, enrojece y se descama.
El picor de la dermatitis atópica puede llegar a ser muy desagradable, impidiendo incluso descansar correctamente. Por ello, se puede acompañar incluso de cambios de humor e irritabilidad. En los bebés se asocia con un tipo de personalidad característica, en la que predomina el nerviosismo y la dificultad para encontrar la calma.
Hay que destacar que es mucho más frecuente en niños y que,normalmente, aparece antes de los 5 años. Afecta a zonas de flexión, como las rodillas, los codos o los glúteos. También suele afectar a la cara. En adultos ocurre lo mismo, pero puede ser menos evidente.
Las personas que sufren piel atópica, suelen tener otras patologías asociadas, como son el asma, la rinitis o la conjuntivis alérgica. Además, se producen brotes, generalmente en invierno, debido a que el frío y la falta de humedad aumentan la sequedad de la piel.
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¿Cuáles son las causas?
Los científicos consideran que la piel atópica tiene una etiología multifactorial. Sin embargo, es sabido que existe una gran predisposición genética para padecerla. Es decir que, si existen antecedentes familiares de piel atópica, alergia o asma, es más probable que aparezca.
Sin embargo, también intervienen factores ambientales, alérgicos y alimenticios. En primer lugar, hay que destacar de nuevo la influencia del clima, ya que el frío y la contaminación parecen empeorar notablemente esta enfermedad.
Por otra parte, existen otros factores de riesgo como el sexo o la edad de la madre. Las mujeres son más propensas a sufrir piel atópica. Del mismo modo, si la madre se queda embarazada a mayor edad, el bebé tiene más probabilidad de padecerla.
Algunos brotes pueden estar desencadenados por una alergia alimentaria. Al final, el mecanismo es el mismo, con la piel incapaz de mantener un grado de humedad adecuado, pero el detonante es un ingrediente ingerido.
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¿Cómo se trata la piel atópica?
Lo más importante es consultar siempre a un médico. La piel atópica es una condición delicada para la que existen ciertos productos específicos a la hora de la higiene. Por ello,lo mejor es que sea el médico siempre el que los recomiende.
Es esencial mantener la piel siempre hidratada y evitar el rascado, ya que produce lesiones e irrita aún más la piel. Para la hidrataciónexisten una serie de consejos sencillos que pueden ayudar:
- Intenta evitar los baños de agua muy caliente. Lo ideal es darse duchas de unos diez minutos con agua templada.
- Utiliza geles y jabones adecuados, recomendados por un dermatólogo.
- Hidrata la piel con frecuenciacon una crema específica para piel atópica.
- En invierno, trata de mantenerte alejado del frío. Cuando estés en casa, si utilizas la calefacción, emplea humidificadores para hacer que el ambiente no esté excesivamente seco.
- Elige bien la ropa. Los tejidos naturales son más suaves que los sintéticos, como el algodón. Es importante que, sobre todo, el pijama y las sábanas sean de estos tejidos.
La piel atópica puede llegar a ser una patología muy molesta. Por ello, es esencial seguir todos los consejos que nos recomiende un especialista, y así controlar los síntomas correctamente. Aunque crónica, es una condición manejable.