Un estudio confirma los tres tipos de coronavirus que hay en el mundo
Estudios científicos sobre las cepas del SARS-CoV-2 plantean la existencia de tres tipos de coronavirus durante esta pandemia. Estas mutaciones significan cambios genéticos que son propios de un virus de estas características.
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La existencia de, al menos, tres tipos de coronavirus no representa una gran novedad en el campo científico, pero sí plantea un avance en el estudio genómico del virus. A través de esta confirmación se pueden planear planes de contingencia a futuro para nuevas pandemias.
Cada vez que en un país se han iniciado los contagios de COVID-19, al mismo tiempo se han comenzado a correr testeos genómicos para descifrar el genoma del virus que circula en su territorio. Esto es una práctica habitual y esperable en situaciones de brotes.
De esta manera, las autoridades sanitarias pueden confirmar que están ante la misma cepa que el resto del mundo y, del mismo modo, rastrear posibles cambios en las partículas virales. Esos cambios se comparten en la comunidad científica para hacer el seguimiento del brote.
Ya unos estudios previos habían catalogado la existencia de dos variantes del SAR-CoV-2, denominadas S y L. La variante L era un poco más agresiva con los pacientes y se contagiaba a mayor velocidad.
Ahora, un estudio de la Universidad de Cambridge que fue publicado el 30 de marzo, ha encontrado en los genomas analizados tres tipos diferentes de coronavirus que responden a la misma cepa SARS-CoV-2. Los tipos fueron llamados A, B y C.
El coronavirus y sus mutaciones
El coronavirus del actual brote mundial es un virus ARN, lo que quiere decir que su información genética está contenida en ácido ribonucleico. Todos los virus ARN mutan bastante porque tienen dificultades para controlar su replicación.
Una vez que el coronavirus ingresa a las células, busca los mecanismos internos de la misma para multiplicarse. Recordemos que los virus requieren de un huésped para poder replicarse, pues no cuentan con estructuras para hacerlo por sí mismos.
La cuestión con los virus ARN, como el SARS-CoV-2, es que no poseen un método de control eficiente para el ácido ribonucleico nuevo que forman en la célula huésped. Cada vez que se replican, estos virus corren un alto riesgo de modificarse.
El mismo ejemplo lo tenemos con el virus influenza, que es del tipo ARN también. Por eso, cada año se elabora una nueva vacuna antigripal en base a las cepas que han mutado durante la última temporada, asumiendo que nos enfrentamos a una gripe nueva cada estación invernal.
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Los tres tipos de coronavirus
El estudio en cuestión, al que hacemos referencia, dice haber identificado tres tipos de coronavirus en el mundo, según los genomas que han podido secuenciar. Estos tres tipos se vinculan a tres grandes grupos de contagios durante la pandemia.
Los investigadores pusieron letras a los tipos: A, B y C. Cada letra se relaciona a un cluster de contagio; esto es, un grupo de infectados en cadena en los que existe la misma carga genética del virus. Esto permite el seguimiento de ese tipo particular a través de los países que fue infectando el virus en su dispersión.
El llamado tipo A es el más similar al coronavirus que inició su camino en los murciélagos y pangolines de China. Sería el tipo que infectó a los primeros pacientes en la ciudad china de Wuhan en noviembre o diciembre de 2019. Sin embargo, en este momento, no es el tipo predominante en China.
Por otro lado tenemos el tipo B. Este sí es el más prevalente en China en estos momentos y también en el Asia oriental. Convive en esas zonas con el tipo C, pero es el mayoritario.
Finalmente, el tipo C es la forma que predomina en Europa. El brote italiano y el de Reino Unido se pueden rastrear fácilmente con esta variedad, que se supone que fue una mutación desde el tipo B.
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¿Cuál es la utilidad de saber que existen tres tipos de coronavirus?
Todos los genomas que se identifican en esta pandemia se comparten en un mismo sitio de conexión entre los países. Así, cada laboratorio que descifra la secuencia genética del SARS-CoV-2 en su país lo pone en conocimiento en una misma base de datos.
Esta información es valiosa para las investigaciones que se llevan adelante durante la pandemia, y lo será en el futuro, como bien lo cree el equipo investigador de Cambridge. Su mejor pronóstico es que el conocimiento de los genomas de los coronavirus mejorará la respuesta mundial ante nuevas pandemias.
También resultan útiles las identificaciones de los tres tipos de coronavirus para evaluar medicamentos y vacunas. La creación de determinados componentes para combatir el COVID-19 requiere de los códigos de ARN para fabricar desde cero sustancias que interactúen con el virus.
Tres tipos de coronavirus, pero una sola pandemia
Aunque parezca que hay tres formas distintas del virus, lo cierto es que seguimos hablando de la misma cepa. Se trata del SARS-CoV-2 que, aunque mutando por su naturaleza, es el que partió de Wuhan y se expandió a todo el planeta. Las medidas de prevención continúan siendo las mismas aunque los datos se siguen actualizando con noticias e investigaciones.