¿De qué está hecho el estómago y cómo funciona?
El estómago es un órgano distensible con forma de letra J, ubicado en el cuadrante superior izquierdo del abdomen. Puede expandirse 50 veces su tamaño en comparación a cuando está vacío.
Cambia de talla, forma y posición dependiendo de la postura de la persona y de si está lleno o no. En un adulto, su capacidad promedio es de 1,5 litros.
Sus principales funciones son recibir, almacenar y suavizar la comida ingerida, convirtiéndola en una mezcla líquida. Luego la libera al duodeno en cantidades apropiadas. En paralelo, el ácido clorhídrico y las enzimas secretadas que componen el jugo gástrico tienen la importante misión de neutralizar las bacterias dañinas e iniciar la digestión de las proteínas.
¿Qué ocurre en el estómago al comer?
En ayunas, se mantiene una producción mínima de jugo gástrico. Antes de ingerir la comida, el hambre, la visualización y olor de la misma harán que aumente la producción de jugo gástrico y que el estómago se prepare para recibir la comida. A esto se le conoce como fase cefálica de la digestión y es responsable de aproximadamente el 30 % de la producción de jugo gástrico.
Una vez empezamos a comer y la comida llega al estómago, el órgano se relaja y se distiende. Aparece la enzima pepsina y se estimula la secreción de jugo gástrico. Esta es la fase gástrica de la digestión, que dura entre 2 y 3 horas.
El estómago está compuesto principalmente por músculo liso involuntario. Conjuntamente con la secreción de sustancias, la motilidad aumenta. Estos movimientos rítmicos favorecen la digestión química, al facilitar la mezcla entre la comida y las sustancias producidas. Se da lugar a la digestión mecánica. Ambos procesos convierten la comida en quimo.
Cuando la comida pasa al duodeno, los estímulos presentes en las fases previas van cesando y la secreción del jugo gástrico vuelve a su estado inicial. En esta, la fase intestinal de la digestión, se produce el 10 % restante del jugo gástrico.
El estómago no es un área de absorción de nutrientes. Hay una mínima absorción de los productos iniciales de la digestión de las proteínas y ninguna de las grasas. No obstante, los azúcares simples, el agua y el alcohol sí son absorbidos.
Otras funciones del estómago
El medio ácido estomacal permite la ionización del calcio ingerido, para que sea posteriormente absorbido en el intestino. De esta manera, el estómago tiene un rol clave en la salud ósea.
La secreción estomacal es necesaria para la absorción del hierro, el magnesio, la vitamina B12 y el ácido ascórbico. Al mismo tiempo, el estómago participa en el control del apetito y la obesidad. Esto lo hace a través de la producción de sustancias que interactúan con las fibras del nervio vago.
Por otro lado, el estómago es un órgano complejo en su parte inmunitaria. Desempeña un rol crucial en la defensa frente a los microorganismos presentes en los alimentos ingeridos.
Estructura del estómago
El estómago se divide en 3 partes principales: fondo, cuerpo y región pilórica. El fondo del estómago es la parte más grande, distensible y que contiene en su interior las células parietales.
El estómago limita en la parte superior con la porción abdominal del esófago, con el que se comunica mediante el cardias. En la inferior, con el duodeno, con el que se comunica mediante el píloro.
Por su ubicación, se relaciona también con otros órganos, como el hígado, el páncreas, el bazo, el colon transverso, el riñón y la glándula suprarrenal izquierda.
Capas y células del estómago
La pared del estómago se divide en 4 capas superpuestas:
- Mucosa: la más interna, recubierta por el epitelio. Contiene 35 millones de pequeñas depresiones llamadas criptas, que producen cerca de 2 litros de jugo gástrico al día.
- Submucosa: posee una rica circulación capilar.
- Muscular.
- Serosa: la más externa, que es la parte del peritoneo que recubre el estómago.
Las criptas gástricas están tapizadas por los siguientes tipos de células:
- Mucosas: encargadas de producir moco en abundancia para proteger la mucosa del estómago.
- Parietales u oxínticas: secretan el ácido clorhídrico que se encarga de la digestión química y la esterilización de la comida. Además, producen factor intrínseco, proteína transportadora de la vitamina B12.
- Células principales: secretan pepsinógeno inactivo que, al exponerse al ácido clorhídrico, se convertirá en la enzima activa pepsina. Producen también lipasa gástrica, que continúa la digestión de las grasas iniciada por la lipasa lingual.
- Células endocrinas: sintetizan hormonas, como la gastrina y la histamina, que aumentan la secreción del jugo gástrico. La somatostatina y la grelina también.
¿Por qué el estómago no se digiere a sí mismo?
El pH ácido y la pepsina podrían dañar la mucosa gástrica. No obstante, esta es capaz de soportar numerosas agresiones de origen diverso.
Para evitar o amortiguar este riesgo intervienen múltiples factores. El principal es un gel de moco y bicarbonato que actúa como barrera, separando la mucosa gástrica del contenido estomacal.
Otro factor involucrado es la notable capacidad de reparación del epitelio cuando se lesiona. Así como la producción de sustancias llamadas prostaglandinas, capaces de mejorar la resistencia al ácido, activando la secreción de moco y bicarbonato.
Una línea protectora adicional es el rico lecho vascular de la submucosa, por donde circula el bicarbonato que necesitan las células mucosas para neutralizar la acidez gástrica. A la par, el oxígeno y los micronutrientes contribuyen a la reparación celular.
¿Qué ocurre si esta protección falla?
La pared gástrica enfrenta el impacto de numerosas circunstancias capaces de provocar daño e inflamación de su mucosa (gastritis). Algunas de estas lesiones son producidas por microbios, siendo la más destacada la infección por Helicobacter pylori.
Otras lesiones son de naturaleza autoinmune o alérgica. A su vez, existen agentes químicos lesivos, como los antiinflamatorios no esteroideos o AINEs, entre los que se encuentra la aspirina.
La erosión sostenida de la mucosa puede llevar a que se produzca atrofia o pérdida de las células parietales y anemia secundaria. Si este proceso se mantiene, puede producirse cáncer gástrico.
Otra consecuencia del desequilibrio persistente entre la acidez del contenido estomacal y los mecanismos de protección es el desarrollo de desgarros de la mucosa gástrica. Reciben el nombre de úlceras.
La secreción ácida del estómago también interviene en la presentación de enfermedades más allá de este órgano. Es así como el reflujo gastroesofágico puede llevar a la aparición de esofagitis erosiva e incluso cáncer de esófago.
Consejos para cuidar la salud digestiva
La salud del estómago tiene gran importancia. A continuación te decimos qué acciones puedes llevar a cabo para cuidar este órgano.
Dejar de fumar
El tabaquismo se asocia con el cáncer de pulmón. Pero de hecho, es un importante factor de riesgo para las úlceras gástricas y duodenales. También para el cáncer de estómago.
Uso responsable de los medicamentos
Automedicarse es una práctica muy riesgosa. Todos los fármacos tienen efectos adversos potenciales.
Medicamentos de venta libre y uso común, como la aspirina, el naproxeno y el piroxicam, pueden ser muy dañinos para el estómago. Por tal razón, no deberían usarse en exceso y sin consulta con un médico.
Medicamentos que inhiben u obstaculizan la producción de ácido, como el omeprazol o la ranitidina, deben usarse bajo supervisión médica. Puesto el mantenimiento del medio ácido dentro del estómago tiene funciones cruciales para la salud.
Otras medidas
Otras medidas recomendadas por la Fundación Española del Aparato Digestivo para prevenir el cáncer son evitar la obesidad, realizar ejercicio físico diariamente, consumir abundantes frutas y verduras y moderar el consumo de alcohol.
Cuida tu estómago
Cuidar el estómago no es solo evitar las comidas pesadas o de digestión lenta. Todos los hábitos saludables que mejoran el estilo de vida contribuyen a reducir el riesgo de gastritis, reflujo gastroesofágico y cáncer.
Consulta a un gastroenterólogo si padeces síntomas relevantes en tu abdomen o en cualquier parte del aparato digestivo. No dejes pasar el tiempo.