Ejercicios de activación para personas postradas en cama
Si conoces al alguien que esté postrado, ya debes saber que no necesariamente esto representa una condición permanente. Pueden ser muchas las causas de esta situación y cada una tendrá una realidad y unas limitaciones que enfrentar. Los ejercicios de activación para personas postradas en cama revitalizan sus músculos y evitan que se atrofien.
Estos pacientes tienen múltiples necesidades, tanto espirituales, como mentales y físicas. Pueden haber atravesado lesiones graves u operaciones quirúrgicas relevantes. La actividad física y una higiene adecuada se convierten en los mejores aliados para recuperar de forma satisfactoria las secuelas.
Cuando hablamos de ejercicios de activación, nos referimos a los que buscan estimular las zonas para que se fortalezcan y no padezcan las consecuencias de la inmovilidad. El objetivo principal es mejorar las respuestas ante cualquier estímulo.
Nada tiene que ver esto con el desarrollo de la musculatura, sino con evitar problemas mayores para la salud. Te invitamos a descubrir su importancia para que ayudes a quienes necesitan estos ejercicios terapéuticos.
Importancia de los ejercicios de activación para las personas postradas en cama
El objetivo es llevar a cabo movimientos de las articulaciones y de los músculos. Para las personas postradas en cama crecen las limitaciones al momento de ejercitarse. Si permanecen inmóviles por mucho tiempo, pueden sufrir complicaciones, como coágulos de sangre, debilidad y fatiga, rigidez articular y hasta depresión.
Es por ello que es importante que las personas postradas en cama realicen ejercicios de activación. A pesar de ser sencillos y ligeros, ayudan a prevenir daños, tales como escaras o úlceras por presión. Las mismas tienden a aparecer en los talones, el coxis, las caderas y los tobillos.
Si logras mantener su cuerpo activo, vas a promover una activación simultánea de su mente.
Algunos ejercicios de activación para personas postradas en cama
El objetivo es que el cuerpo del paciente permanezca activo y que ello beneficie la continuidad del tratamiento. Si no realiza los ejercicios, sufrirá otras lesiones que agregarán más problemas a la recuperación.
Estos movimientos se destacan por ser muy sencillos. El plan es iniciarlos despacio, con un máximo de 5 repeticiones.
1. Doblar el tobillo
Puedes realizarlo si la persona está sentada o acostada boca arriba. La idea es que la ayudes a doblar el pie, hasta tal punto que los dedos miren en dirección al techo. Este movimiento es tan sencillo, que lo puedes combinar con otros; por ejemplo, elevar la pierna al mismo tiempo.
2. Girar los dedos de los pies
El objetivo es que asistas a la persona en cada movimiento, pero tal vez este sea uno de los que menos apoyo necesite. Es suficiente con seguir las indicaciones.
El ejercicio consiste en flexionar cada uno de los dedos de los pies, estirándolos hacia atrás y luego adelante. Si la persona que está postrada en la cama no puede escucharte, tú puedes hacer esto por ella.
3. Rotar el tobillo
La persona puede estar acostada o sentada, con las piernas estiradas. Comienzas levantando la pierna levemente e inicias una rotación de cada uno de los tobillos de derecha a izquierda, dibujando un círculo con ellos, en dirección de las agujas del reloj.
Luego puedes repetirlo en sentido contrario, por unas 4 veces en cada dirección. Si está a su alcance, puedes ejecutar el movimiento de ambos tobillos al mismo tiempo o comenzar por uno y luego seguir con el otro.
4. Elevar los hombros
Este es un excelente ejercicio para practicar sentado. Va a comenzar a levantar los hombros, simulando que los lleva al mismo nivel de los oídos.
El rango de este movimiento es limitado. Por ello es bueno que al subir los hombros se puedan mantener por algunos segundos en esa posición, antes de regresar a la inicial.
Aquí el paciente trabaja los trapecios, que son músculos que ocupan un área desde el cuello, la parte superior de la espalda y hasta los hombros.
5. Retirar la pierna
La intención de este movimiento es que puedas tomar una de las piernas del paciente y levantarla de forma leve hacia arriba, con mucho cuidado. Cuando la pierna llegue al límite de altura, procede a girar el tobillo unas 3 veces.
Luego regresa con precaución la pierna. Repítelo con el otro lado que permaneció quieto. Es recomendable que sea sentado y acostado; cualquiera de las opciones es válida.
6. Empujar el brazo y rotar la muñeca
En posición sentada o acostado sobre la cama, este es uno los ejercicios básicos para las personas postradas en cama. El propósito es que pueda estirar ambos brazos y simule que aleja algo de su cuerpo.
Luego de ejecutar 3 empujes, lo detienes y comienzas a girar ambas muñecas de sus manos. Esto puede ser simultáneo o de una a la vez.
Este giro debe ser desarrollado hacia ambas direcciones del cuerpo. Primero a la derecha, luego a la izquierda o viceversa.
7. Girar la cabeza y el cuello
Comienza a rotarle la cabeza de un lado a otro; hazlo de manera suave y con delicadeza. La idea es que puedas notar una leve liberación de tensión y un estiramiento.
Estos movimientos de lado se deben complementar con giros del cuello. Lo ideal es que la persona se pueda sentir cómoda haciéndolo sentada. Pero con apoyo oportuno, también se ejecuta con la persona acostada.
Consejos para ejecutar con confianza los ejercicios de activación para personas postradas en cama
Recuerda que el médico tratante del paciente debe aprobar cada uno de estos ejercicios de activación.
Tienes que tomar en cuenta que la persona que está postrada en la cama debió comer varias horas antes de iniciar las actividades. De lo contrario, pone en peligro su salud, al ser más propenso a sentir fatiga y hasta vomitar.
Debes elegir el momento del día en el que la persona se sienta más motivada y llena de energía para practicarlos con voluntad. A su vez, tendrás que estar muy atento a cada señal que el paciente revele durante los movimientos. Ello te indicará si es oportuno que continúes o que pares.
Sé cuidadoso en la ejecución, en la cantidad de repeticiones y en el tiempo de descanso entre ellas. Lo más seguro es que así se presenten los mínimos inconvenientes.
Lo más importante es que el paciente postrado en la cama pueda sentir que su cuerpo va ganando movilidad y resistencia. Poco a poco, a pesar de la discapacidad física, tendrá que percibir alguna mejoría.