Métodos anticonceptivos no hormonales
Existen diferentes métodos anticonceptivos no hormonales que pueden ser usados tanto por hombres, como por mujeres. De hecho, actualmente son los más utilizados (sin contar la píldora), especialmente el preservativo masculino.
Esto se debe, en muchos casos, al desconocimiento que existe hacia los métodos hormonales. Lo más recomendable, si se es sexualmente activo, es acudir al médico de familia o al ginecólogo y asesorarse al respecto.
La función básica de los anticonceptivos no hormonales es actuar como barrera entre el óvulo y el espermatozoide para que no se dé la fecundación. ¿Existen riesgos? Sí, pero son mínimos si se utilizan bien.
A continuación, te los detallamos.
5 anticonceptivos no hormonales para prevenir embarazos
1. Condón masculino
También conocido como preservativo, encabeza el ranking de anticonceptivos no hormonales. Es de muy alta efectividad y, además, funciona para prevenir enfermedades de transmisión sexual.
Se trata de una funda elaborada con látex que se coloca en el pene antes del acto sexual. Esta capa fina impide la fecundación. También pueden encontrarse de otros materiales para las personas que sean alérgicas al látex.
Es muy práctico para trasladar y tener, si surge un encuentro ocasional. En algunos países, los hospitales públicos los entregan gratuitamente en campañas de prevención.
Ver también: ¿Qué debes hacer si el preservativo se queda dentro?
2. Preservativo femenino
Es un condón similar al utilizado por los hombres, de igual elaboración y con la misma finalidad. También trabaja como barrera entre el espermatozoide y el óvulo.
Si bien tiene gran efectividad, su colocación es algo más difícil. No obstante, depende de cada uno y de sus necesidades, puesto que habrá mujeres que se sientan más cómodas usando estos que los anteriores.
Al igual que su homólogo masculino, también protege ante las enfermedades de transmisión sexual, por lo que es una buena opción que incluir en la lista.
3. Esponja
Se encuentra en el rango de anticonceptivos no hormonales que utilizan las mujeres. Quienes lo eligen deben saber que su efectividad es inferior a los preservativos más conocidos, aunque según afirma la Clínica Mayo, puede utilizarse como refuerzo junto a otros métodos.
La esponja absorbe el semen y forma un bloque que frena los espermatozoides. Su única función es obstaculizar la fecundación, así que no previene contra la transmisión de enfermedades.
Antes de su utilización, hay que cerciorarse de que no se es alérgica a los compuestos espermicidas que contiene, puesto que de ser así, podría causar infecciones e irritaciones.
4. DIU de cobre
A diferencia de otros anticonceptivos no hormonales, el DIU debe colocarlo un profesional. Sin embargo, su gran ventaja es que su utilidad oscila entre los 5 y los 10 años.
Este método se coloca a través del cuello uterino. Está elaborado de cobre y plástico y su efectividad puede alcanzar el 99 % La gran desventaja es que no previene las ETS.
De la misma forma, hay que tener cuidado. Algunas mujeres afirman que se sienten incómodas y que sus menstruaciones son más abundantes debido a este elemento. Es importante asesorarse bien con el ginecólogo y realizarse controles esporádicos.
5. Diafragma vaginal
Este método se coloca justo antes de comenzar el coito y se saca algunas horas más tarde. La mujer puede acomodarlo sola dentro de la vagina. El detalle es comprobar que rodee y cubra todo el cuello uterino, para evitar cualquier desajuste.
Este producto puede prevenir la entrada de los espermatozoides, pero no protege contra las enfermedades de transmisión sexual. Por lo tanto, se sugiere usarlo solo en aquellos casos en los que las parejas tengan una relación estable y ambos estén sanos.
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A tener en cuenta
La mayoría de los métodos anticonceptivos no hormonales se pueden adquirir con facilidad (en distintas tiendas y farmacias). No obstante, es importante ser responsables. Por ejemplo, jamás debemos guardar un preservativo en la cartera, puesto que existe un alto riesgo de que se estropee y pueda romperse.
La gran ventaja de los condones, sean masculinos o femeninos, es que además de bloquear la fecundación, también protegen de las enfermedades de transmisión sexual.
De igual manera, lo recomendable es consultar primero con el ginecólogo o el médico de cabecera, ya que ellos podrán establecer qué método es el más adecuado para cada pareja. En definitiva, lo importante es cuidarse.