Por qué es tan importante proteger la salud mental de los papás
Alrededor de 10% de los nuevos papás sufren de depresión posparto, dijo Fisher, y el riesgo más alto se presenta de tres a seis meses después del nacimiento de un hijo. Eso es menos de la mitad de la tasa entre las mujeres
En Hollywood, la imagen de un papá agobiado se representa como una situación cómica, cuyas consecuencias rara vez van más allá de un torpe cambio de pañales o un grito de frustración.
Pero en la vida real, los expertos dicen que las tensiones de la paternidad pueden constituir desafíos a la salud mental de los padres, con implicaciones no solo para su salud física, sino también para el bienestar de sus hijos.
Los desafíos precisos serán únicos para cada padre, dijo la Dra. Kate Gawlik, una enfermera de práctica avanzada y profesora clínica asociada del Ohio State College of Nursing, en Columbus. Pero en general, «la salud mental y el comportamiento del hijo están estrechamente entrelazados con los de su padre», dijo Gawlik, quien también es codirectora del programa de licenciatura en salud y bienestar de su facultad.
Ni los investigadores ni la sociedad en su conjunto han enfatizado siempre la importancia de la salud mental del papá, dijo el Dr. Sheehan Fisher, profesor asociado de psiquiatría y ciencias conductuales en la Facultad de Medicina Feinberg de Northwestern University, en Chicago. «Tradicionalmente, hemos pensado que si la madre está bien, eso es lo que tiene un impacto sobre el niño. Pero sabemos que el padre tiene un impacto directo sobre los resultados de salud mental, médicos y del desarrollo del niño».
Los desafíos pueden comenzar tan pronto como comienza la paternidad. «Ha quedado bien establecido que los padres tienen un mayor riesgo de presentar síntomas de depresión y ansiedad durante el período perinatal», justo antes y después del nacimiento del bebé, dijo Fisher.
Alrededor de 10% de los nuevos papás sufren de depresión posparto, dijo Fisher, y el riesgo más alto se presenta de tres a seis meses después del nacimiento de un hijo. Eso es menos de la mitad de la tasa entre las mujeres. También podría ser una subestimación, dijo él, porque los indicadores tradicionales tal vez no contemplan a cabalidad la depresión en los padres.
«Los hombres tienden a enmascarar su depresión mediante el alcohol o sustancias ilícitas, o se involucran en comportamientos agresivos», como la agresión verbal o física, o incluso la hipersexualidad, dijo Fisher.
Los efectos sobre los hijos también parecen comenzar temprano. En una revisión de investigaciones sobre los padres y la salud mental que se publicó en la revista American Journal of Lifestyle Medicine en el 2016, Fisher escribió que la depresión en los padres se ha relacionado con comportamientos negativos de sus hijos desde la infancia hasta la niñez temprana. Se ha demostrado que, posteriormente en la vida de un niño, la depresión paterna influye en la probabilidad de que un niño desarrolle depresión o ansiedad en la adolescencia y en la adultez temprana.
La paternidad también trae consigo estrés. Como todo padre sabe, la crianza de los hijos puede ser una de las experiencias más gratificantes, pero también una de las más desafiantes, por la que alguien pueda pasar, dijo Gawlik, que tiene cuatro hijos. «Hay mucho en juego», dijo ella. «Literalmente, eres responsable de otros seres humanos a los que no puedes controlar».
En hallazgos sin publicar, extraídas de una encuesta en línea a 722 padres de niños menores de 18 años para un reciente informe sobre paternidad del que Gawlik fue coautora, el 44% de los hombres informó sentir desgaste, que el informe definió como «estrés y agotamiento crónicos que superan la capacidad de sobrellevar y funcionar como padre». El desgaste, dijo el informe, puede dejar a los padres sintiéndose distanciados de sus hijos y agotados física, mental y emocionalmente.
«Otro aspecto que descubrió nuestra investigación fue que muchos padres se sienten solos», dijo Gawlik. En su encuesta, el 79% de los padres y el 75% de los papás dijeron que les gustaría tener más interacción con adultos fuera del trabajo. «Y cuando los padres se sienten solos y aislados, su desgaste también aumenta».
Las madres se enfrentan a sus propios desafíos físicos y mentales. La depresión materna puede afectar a los niños de muchas formas, y en la encuesta de Gawlik, el 55% de las madres informó sentirse desgastadas, a un nivel incluso superior al de los hombres.
Todo esto tiene implicaciones para la salud cardíaca: el estrés, la depresión y la soledad han sido relacionados con problemas cardiovasculares.
Los padres que no padecen de depresión pueden actuar como un amortiguador para los niños cuando las madres experimentan problemas, según ha mostrado la investigación. Pero Fisher, un padre soltero de una hija de 5 años, dijo que la sociedad por lo general es mejor en el reconocimiento de las necesidades de las nuevas mamás que las de los papás.
Por ejemplo, la American Academy of Pediatrics exhorta a la evaluación de los signos de depresión tanto en los padres como en las madres. Sus recomendaciones contemplan examinar a las madres durante las visitas de bienestar del pequeño varias veces durante los primeros seis meses, pero solo una vez en el caso de los padres.
Entretanto, muchos padres modernos trabajan sin un prototipo al que puedan guiarse mientras tratan de cumplir con sus deberes tradicionales y de aprender a criar de maneras que las generaciones anteriores no modelaron, dijo Fisher. «Ellos no siempre están seguros de cuál es su papel, ni de cómo pueden desempeñarlo, porque no tienen ejemplos».
Aunque mucha de la investigación se ha centrado en los padres biológicos, dijo él, la mayoría de las conclusiones no parecen limitarse solo a los papás biológicos.
«Tenemos que ampliar la investigación perinatal para entender las experiencias de los padres de las minorías sexuales y de género, y de estructuras familiares diversas», dijo Fisher. «Sospechamos que algunas de las experiencias de los padres podrían ser válidas también para padres no biológicos en general, pero ellos tienen muchas experiencias únicas que necesitamos entender».
Fisher sugirió varias formas de apoyar a los padres, algunas en una escala amplia y otras a título individual.
A nivel social, él dijo que los padres en Estados Unidos por lo general no tienen acceso a la licencia parental durante los días cruciales después de la llegada de un niño, y cuando la tienen, toman menos tiempo libre que las madres. Tanto los padres como las madres palidecen en comparación con otros países industrializados.
«Esto verdaderamente les pone en desventaja durante un período extremadamente crucial en sus vidas», dijo Fisher.
A nivel personal, dijo él, los papás deben ser conscientes de los posibles problemas de salud mental y estar dispuestos a reconocer que necesitan ayuda. Los hombres a menudo no buscan tratamiento para sus necesidades médicas y la depresión puede empeorar este problema, dijo él.
Los hombres deben ser honestos consigo mismos si se sienten deprimidos, abatidos o ansiosos, y también «tener en cuenta la opinión de otras personas que podrían notar que tu comportamiento no es normal. Tú mismo podrías darte cuenta de que bebes una copa de más cada noche, o podrías notar un poco más de irritabilidad».
Un profesional puede brindar ayuda, dijo Fisher. «Ser evaluado te permite conocer las recomendaciones y las opciones dispoinbles para apoyarte», dijo él, y esto no siempre significa medicamentos o terapias.
Gawlik concuerda en que la cultura debe ser más solidaria de la paternidad moderna. «Verdaderamente siento que esta es un área donde, como sociedad, como comunidades, no estamos haciendo lo suficiente».
A veces, un padre puede identificar los problemas y acercarse a otros para encontrar alivio, dijo ella. Por ejemplo, si un padre está estresado porque siente que todo lo que hace se reduce a llevar a sus hijos a actividades extracurriculares, crear un sistema de transporte compartido podría ayudar.
Hablar con otros padres en esas actividades puede ayudar en muchas otras formas, especialmente a los papás, dijo ella.
Si un hijo tiene un problema específico, como trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), «sería magnífico conectar con otros padres que también tienen hijos con TDAH, porque ellos están pasando por lo que tú estás pasando», dijo ella. Esos otros padres pueden brindar empatía y posiblemente compartir estrategias que les han funcionado.
Las conexiones en la vida real pueden ayudar con otro estresante común: la idea de que todos los demás saben cómo ser padres. «Proponerte ser perfecto todo el tiempo no es una expectativa realista», dijo Gawlik. «Así que realmente necesitamos considerar ajustar nuestras expectativas, no solo para nosotros mismos, sino también para nuestros hijos».
Ella misma ha hecho eso, ha aprendido a celebrar que los juguetes siempre estén regados por una casa que antes estaba impecable, porque esto es muestra de que ahí, los niños juegan y son creativos.
Su trabajo sugiere que la salud mental de un niño mejora cuando su padre y su madre dedican tiempo a jugar con él, y que empeora a medida que aumenta la cantidad de actividades extracurriculares. Dado que los problemas de salud mental del niño contribuyen considerablemente a los niveles de estrés tanto de la madre como del padre, eso significa que un padre que se enfoca en la relación fundamental con su hijo podría ver beneficios en todos los aspectos.
Las soluciones, al igual que los problemas, variarán de una persona a otra, dijo Gawlik, pero es importante actuar temprano. «Todo radica en la prevención», dijo ella. «Una vez que entras en un ciclo de desgaste, es más difícil salir del mismo».
Fisher también enfatizó la necesidad de que los papás desarrollen una comunidad de apoyo, incluso si se sienten bien. El autocuidado, que incluye exámenes médicos regulares y encontrar tiempo para relajarse, es importante «para garantizar que están atendiendo su bienestar general, algo que tiene un impacto sobre toda la familia».